La selección de Grecia dirigida por Otto Rehhaggel salió con algunas sorpresas en la parte defensiva y en ataque. Atrás, Vyntra fue reposicionado de lateral a central. Adelante, los tres delanteros más conocidos. Una Grecia en el papel ofensiva con un 4-3-3. Un enganche, el veterano Karagounis. El volumen de juego mostrado por los helenos no fue el óptimo. No hubo peso por los costados. Por la zona ancha no encontraron las ideas. Corea del Sur fue un equipo muy compacto, que ocuparon siempre todas las zonas por donde los griegos decidían atacar.
Esa movilidad coreana fue la clave para superar a su rival. Un 4-4-2 con muchas variantes fue lo que presentó Huh Jung-Moo. Park Ji-Sung demostró por qué es el capitán del equipo. Comandando los ataques. Todo el juego pasa por sus pies. Extraordinario recorrido. Cerrando espacios a la hora de recular y llegando también en zona de definición en contragolpes. Corea se puso arriba muy temprano en el partido por lo que su juego se fue inclinando al contragolpe esperando la respuesta de Grecia. El trabajo en jugadas a balón parado fue sobresaliente tomando en cuenta el rival. El primer gol llegó por esa vía y además tuvieron otras chances. Individualmente también se destacó el jugador del Mónaco Park Chu-Jong (24 años), con una excelente ubicación, desquiciando a los marcadores centrales, generando muchísimos espacios para sus compañeros. También estuvo cerca de anotar. Las subidas de Cha Du-Ri fueron muy apropiadas, ayudando a tener superioridad numérica prácticamente en todo el campo. Todos estos factores se conjugaron para que Corea haya tenido, sino la mejor, uno de sus presentaciones más completas en Copas del Mundo, más allá de lo conseguido en 2002. Mucha solvencia. Candidato a pasar a segunda ronda.
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