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Fútbol Internacional General Mundial 2010

Jornada 5: Jogo bonito apagado (Brasil – Corea del Norte)

Las críticas caen sobre el sistema de juego de Dunga. Brasil gana pero sin el juego que se espera.

Todo indicaba que Brasil golearía a los coreanos. La historia fue completamente distinta y Brasil sufrió para derrotar a Corea del Norte, que con valentía se defendió hasta donde pudo. Dunga salió con el tradicional 4-2-3-1 que ha venido implementando en los últimos meses. Un sistema que muchos catalogan de anti-brasilero por su énfasis en la protección defensiva, convirtiendo a Brasil en un equipo de contragolpe. La fórmula ha resultado efectiva en algunos partidos pero en otros como el de ayer, donde el equipo tiene que meter ritmo y superar defensas tan cerradas como la coreana, las carencias salen a la luz, por falta de intensidad y conjunto. Entre esa oscuridad del cero a cero del primero tiempo, apareció Maicon para cambiar el juego, con una gran anotación. El lateral brasileño junto con Elano fueron los anotadores de los dos goles de la canarinha. Otro que puso algo distinto al opaco juego brasileño fue Robinho, siempre vertical, desequilibrante sacando ventaja en la individual. La cara opuesta es Kaká, con buena movilidad pero con ciertos problemas en imprecisiones y sobre todo por ratos pierde su rol, naufragando sobre el césped. Esto ciertamente lo descontrola psicológicamente y su cuota de aporte a la causa, baja considerablemente. En el segundo tiempo entraron Ramires, Nilmar y Dani Alves pero el aporte en goles y oportunidades de anotación no aumentó. En resumen el Brasil de Dunga apuesta por el pragmatismo en ofensiva dejando de lado el jogo bonito.

Sin duda también hay que destacar lo hecho por Corea. No cabe duda que su actitud defensiva fue extrema con un 5-3-1-1, pero se requiere de mucha valentía tener la actitud que demostraron. También lograron hacer daño, al punto de anotar un histórico gol. La estrella sin duda fue Jong Tae-Se. Atacó más que todo corriendo hacia el lado izquierdo de Brasil, a las espaldas de Bastos y complicando las coberturas de Juan. Incluso también Lúcio tuvo que emplearse a fondo para detenerlo. Sus lágrimas cantando el himno quedarán en el recuerdo de la historia de las copas del mundo.