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Thatcher, Hillsborough y el fútbol inglés

Por donde se mire, la figura de Margaret Thatcher cambió por completo la estructura del fútbol inglés para siempre. Lo que hizo o evitó hacer divide las opiniones y marcará el concepto hacia una de las figuras más influyentes del siglo XX.

Hillsborough Disaster - Nottingham Forest v Liverpool - F.A. CupEl pasado lunes 8 de abril Margaret Thatcher falleció a la edad de 87 años, producto de un accidente cerebrovascular. Fue Primer Ministro del Reino Unido durante 3 periodos, entre 1979 y 1990. Su legado a nivel político, cultural y social tiene eco alrededor del mundo, siendo reconocida como la dama de hierro.

Particularmente en década de los 80, Thatcher cambió por completo el fútbol inglés, generando opiniones dividas en cuanto a sus actos, siendo hoy en día incluso tanto respetada como odiada por gran parte de la población. Para poder entender las razones, debemos ambientarnos en la época.

El conflicto con Irlanda del Norte, privatizaciones, paros laborales – sobre todo los mineros -, el boicot a los JJOO de Moscú y la guerra de las Malvinas, fueron momentos complicados que vivió el gobierno de Thatcher, contrastando con el éxito de los equipos ingleses en la Copa de Europa, donde el Liverpool (2 veces), Nottingham Forest (2 veces) y el Aston Villa obtuvieron el título durante los primeros 6 años del mandato de Thatcher.  Sin embargo, esos años de gloria contrastaron con estadios en mal estado, con mucha inseguridad y un alejamiento de las familias a los reductos futbolísticos.

Esa etapa es conocida popularmente como la época dorada del Hooliganismo. Tres hechos en particular marcaron el inicio de una guerra en contra las barras bravas; la tragedia de Bradford (1985), Heysel (1985) y Hillsborough (1989). Tanto en la final de la Copa Europea en Heysel, como aquella semifinal en Hillsborough, los aficionados del Liverpool fueron protagonistas. Ese 15 de abril de 1989, Liverpool y Nottingham Forest se preparaban para disputar una semifinal de la FA Cup  en un campo neutral, el Hillsborough Stadium en Sheffield, precisamente el hogar del Sheffield Wednesday.    No obstante el partido nunca se logró completar. Un exceso en el aforo provocó la muerte de 96 personas, entre ellos niños, mujeres y hombres –  Recomiendo ver este reportaje de Fiebre Maldini al respecto, se salen las lágrimas.

Hillsborough fue la gota que derramó el vaso. Inmediatamente se ordenó el “Taylor Report”, un informe realizado por Lord Taylor of Gosforth cuya publicación final llegó hasta 1990. El documento detallaba las razones que ocasionaron el desastre de 1989 así como también las nuevas regulaciones a los estadios para prevenir futuros incidentes – por ejemplo cambiar las gradas por solo asientos. También se creó la Football Spectators Act 1989 (FSA 1989) – modificada en 1999,2000 y 2006 -, aprobada directamente por el parlamento al mando de Margaret Thatcher. Entre otras cosas, la FSA 1989 exigía una identificación única para todos los aficionados que ingresaran a los estadios.

Luego de la tragedia en Heysel, el gobierno de Thatcher también apoyó la sanción a los equipos ingleses impuesta por la UEFA y la FA, dejándolos fuera de toda competición internacional de forma indefinida, hasta que fue levantada la decisión en 1990.

Estos acontecimientos conllevaron a lo que se conoce como “la muerte del fútbol inglés”, donde las clases trabajadoras quedaron marginadas de la parte más alta de la pirámide del fútbol en las islas. Finalmente en 1992 nació la Premier League, un producto nuevo y moderno en materia de derechos televisivos y otros aspectos comerciales, especialmente dirigido hacia las clases más privilegiadas.

La tragedia de Hillsborough la que genera mayor descontento sobre Thatcher. Se le acusa de encubrir a la policía y ser parte de injusticias en contra de las víctimas. El día después de los hechos, Thatcher visitó el estadio de Hillsborough y la policía de South Yorkshire le dio una versión de lo acontecido; culparon a aficionados del Liverpool en estado de ebriedad, provocando el tumulto y el asfixiamiento de la mayoría de las víctimas. A pesar de que incluso en el mismo Taylor Report se sugería la negligencia en el caso, nunca se culpabilizó a la policía o se reconocieron los errores. En setiembre de 2012, el Primer Ministro David Cameron por fin pidió disculpas sobre el hecho en nombre del gobierno: “Las nuevas pruebas que se nos presenta, deja claro que estas familias han sufrido una doble injusticia. La injusticia de los terribles acontecimientos – la incapacidad del Estado para proteger a sus seres queridos y a la espera indefendible para llegar a la verdad. Y la injusticia de la denigración de los difuntos – suponiendo que eran de alguna manera la culpa de su propia muerte. “

Esto corroboró lo que ya mucha gente sabía, Thatcher era consciente de la culpabilidad de la policía y fue cómplice del encubrimiento. Se relacionó la actuación de la policía con lo que también hicieron en la huelga de los mineros.

La Dama de Hierro gozó de mucho respeto, pero poca aclamación popular. Lo apropiado de su apodo va más allá de lo político, siendo una persona muy poco relacionada con eventos de interés de las grandes masas. Particularmente algo como el deporte, siempre  lo consideró un asunto periférico. La poca cohesión social de Thatcher  se ve reflejada en la memoria colectiva del pueblo británico. La semana pasada algunos sugirieron un minuto de silencio en todos los campos de fútbol en Inglaterra, pero la FA no lo consideró así. Tan solo algunos equipos en divisiones más abajo dieron su homenaje.

Por donde se mire, la figura de Margaret Thatcher cambió por completo la estructura del fútbol inglés para siempre. Lo que hizo o evitó hacer divide las opiniones y marcará el concepto hacia una de las figuras más influyentes del siglo XX.