La semana anterior, la rotación de jugadores que utilizó Jeaustin Campos en su visita a San Carlos funcionó y obtuvo los tres puntos. Sin embargo ese funcionó significa que sacó el resultado pero el juego fue muy complicado para los morados. Este sábado nuevamente el equipo debió rotar para guardar recursos para el partido de este martes contra el Islanders. Hace algunas temporadas el Deportiva Saprissa tenía una plantilla mucho más amplia que le ayudaba a superar esos partidos en donde se debe lidiar con la carga de los dos (3 competiciones para los que juegan en la selección) torneos en los que participan.
Es muy complicado que el Deportivo Saprissa logre supera a rivales como la UCR, con tanto oficio defensivo, con jugadores jóvenes provenientes de las ligas menores. El proceso morado está terminando el ciclo, y lo está terminando con la generación de jugadores 87-88. Los refuerzos han sido esporádicos y generalmente han sido repescas de piezas que estaban a préstamo o descartados en algún momento. El caso de Santana y Loaiza son un ejemplo de ello. Hace aproximadamente 2 temporadas que el Saprissa no realiza contrataciones de peso con calidad diferencial en el futbol nacional, exceptuando el caso de Olman Vargas de esta temporada. La primera inversión fue grande, en los tiempos que contrataron a Gómez, José Luis López, Alpízar, Wilson Muñoz y con Hernán Medford como entrenador. Con el pasar de las temporadas fueron incluyendo jugadores sobresalientes de la liga menor como Armando Alonso, Keylor Navas, Gabriel Badilla, Celso Borges, Cristian Bolaños. Fueron tiempos de abundancia. Ahora terminan de sacarle provecho a su cantera con otras figuras como Cesar Elizondo, Paniagua, Robinson, Waston, Valladares, Guzmán y Josué Martínez. No obstante hacer que un equipo A y B jueguen al mismo nivel es imposible.
El aficionado y la prensa deben entender el momento por el que pasa el equipo. Un ciclo lleno de éxitos que se termina. Incluso duró más de lo que yo esperaba, dando muestra de que tienen sólidas bases. La próxima temporada, tengan por seguro que llegará inversión en jugadores y posiblemente también en infraestructura con el nuevo césped.
De momento tanto en el campeonato nacional como en la Liga de Campeones, los aficionados van a necesitar mucha paciencia mientras el equipo tenga que lidiar con los dos torneos.
Sobre el partido de ayer los dos equipos de estudiaron bien pero faltó tanto ambición como juego colectivo. Saprissa tuvo un mediocampo muy pobre. Las asociaciones entre Paniagua – Barrantes con jugadores como Guzmán, Blanco o Jiménez, fue prácticamente nula y la constante fue el pelotazo largo en pies de Barrantes a los tres hombres en ataque de Saprissa.
Por su parte la UCR decidió reforzar el medio campo con 5 jugadores, atacando el débil mediocampo local y de hecho Saprissa no pudo transitar por ese sector. Sin embargo cuando se trató de hacer daño en contragolpe, los universitarios quedaron debiendo. Además de que el césped les afecta bastante para dominar el pelotazo largo, no lograron asociar jugadas y la mayoría de ellas terminaron sin remate a marco.
Al final del partido, entre el frío de la noche y los silbidos hacia Jeaustin (que me parecen un tanto intolerantes por parte de la afición) el resultado final fue de empate a cero. Gritos como “Jeaustin renunciá!!” fueron repetitivos. Mientras me dirigía en bus hacia San José, escuchaba murmullos como “¡Cómo hace falta Paté!” y “¡qué falta de seriedad de los jugadores!”. Se entiende el sentimiento de la gente luego de un encuentro de tan baja calidad.
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