Dentro de la etapa de La Volpe como técnico de la selección de Costa Rica, este era posiblemente el partido con mayor exigencia. La visita a Venezuela era un buen examen para medir el avance del plantel.
El estratega venezolano, César Farías, colocó una formación interesante que se puede interpretar como un 4-1-3-2. La línea de cuatro bien marcada, un hombre por delante que es Tomás Rincón y tres jugadores más que complementan el medio campo de cuatro jugadores. Por izquierda el capitán Juan Arango, claramente el referente. El jugador del Borussia Mönchengladbach no solamente funciona como extremo izquierdo, también colabora en la salida del balón, retrocediendo varios metros para juntarse con Rincón. Por el centro se mostró el zurdo Seijas y por la derecha González. Como delanteros estuvieron Nicolás “Miku” Fedor (Getafe) y Salomón Rondón (Málaga). Este último particularmente tuvo un desempeño individual muy sobresaliente, incluyendo los dos goles de su equipo.
Ricardo La Volpe mostró una vez más el planteamiento 5-3-2 con la llamativa inclusión de Cristian Bolaños por izquierda. Costa Rica siempre intentó salir desde atrás con balón dominado, mientras Venezuela presionaba la salida. En este aspecto se vio una ligera mejoría con respecto a la Copa Uncaf, aunque de todas formas existieron varios errores al perder el esférico en zonas imperdonables.
Cuando la vinotinto atacaba, los costarricenses se replegaban rápidamente, y al menos en los primeros 25 minutos recuperaban el balón constantemente. Estas recuperaciones les permitían iniciar contragolpes a mucha velocidad, aprovechando los espacios que los venezolanos dejaban. Esa rapidez y determinación de los contragolpes, causó mucho daño a los de casa. Ureña siempre incisivo, Mora y Oviedo apareciendo por los flancos. Bolaños atacando por izquierda y Myrie incursionando ocasionalmente por la derecha. Randall Azofeifa se sentó frente a la zaga defensiva, dándole salida al esférico ya fuese por bajo o lanzando pases largos a los objetivos ofensivos, como Ureña y Brenes. La velocidad costarricense permitió que se colocaran al frente en el marcador, durante los primeros minutos del primer tiempo.
Venezuela no encontraba su juego, pero la visión de Arango más la astucia de Rondón ocasionaron que este último lograra robar la espalda a Marshall, y aparecer por la derecha para recibir un pase largo de Arango. Los de casa no habían hecho méritos para el empate, pero lo consiguieron. A partir de ahí se adueñaron de la posesión del balón y lucieron mucho mejor. Sin embargo las ocasiones de gol para ellos fueron muy pocas durante la primera mitad.
Algo que Costa Rica ha mejorado sustancialmente, es en el juego colectivo. La idea de juego con pases más rápidos, uno o dos toques. Este estilo se había perdido en años anteriores, prefiriendo despliegues más individualistas. Por momentos ese juego luce prometedor. El segundo gol costarricense es digno de rescatar en ese aspecto. Aunque el tiro de Ureña fue deficiente, la jugada fue muy buena.
César Farías realizó varios cambios luego del gol costarricense. Intentaban meter balones al área mientras Costa Rica se replegó y pareció estar muy cómodo con su juego defensivo, aunque con poca intensidad para contragolpear. Venezuela tuvo chances para empatar, pero no demasiadas. Por el ritmo del juego, pareció que la victoria de los ticos era casi un hecho. No obstante al minuto 81, nuevamente Rondón robó la espalda de la zaga costarricense, aprovechando un balón largo enviado desde la derecha. Descuido enorme de Costa Rica, muy similar al primer gol venezolano, pero con menos espacio.
Queda la sensación que Costa Rica realizó un trabajo muy aceptable, aunque también es cierto que la victoria estaba muy cerca. Los contragolpes fueron mermando y mientras Venezuela buscaba el empate, los ticos podían hacer mucho más daño. Ahí fue donde se notó el bajón de intensidad. Venezuela por su parte no mostró demasiado en el juego colectivo, pero si deja entrever que individualmente el equipo es fuerte.
Foto portada: EFE/Liderendeportes.com
Highlights: