El sinsabor que dejó en Marcelo Lippi el partido inicial de su selección ante Paraguay, lo llevó a replantearse algunas cosas con respecto a su sistema táctico. Su principal duda es por la parte izquierda. Iaquinta jugó por ahí con el 4-2-3-1 sin presentar mayores implicaciones ofensivas. Quiere tener más presencia en el área por lo que se anuncia un cambio al 4-4-2, sistema que Lippi no ha utilizado en toda la eliminatoria ni en amistosos. Siempre predominó el 4-2-3-1 ó 4-3-3.
Vamos al juego. Nueva Zelanda era de esperarse que saliera con el 3-4-3 (o el 5-4-1 dado el agrupamiento defensivo retrasado en su propio campo). Recordemos que durante la Confederaciones del año pasado, Ricki Herbert usaba un 4-4-2 con el que fue aplastado entre otros por España. Sin embargo dio un susto a una Italia que apenas ganó 4-3, lo cual ya daba señas de advertencia un año atrás. Llegado el playoff para la clasificación al mundial contra Bahrein, Herbert cambia a ese 3-4-3 con el que sacaron el empate a cero en Bahrein y luego ganaron el partido de vuelta 1-0. Ese sistema es que está aplicando en esta copa del mundo, primero contra Eslovaquia y ahora contra Italia.
Se ha comentado varias veces como la defensa con tres hombres encaja perfectamente contra una formación 4-4-2. Con los dos hombres en punta (Gilardino 9 y Iaquinta 11) siendo marcados por dos de los centrales (Smith 19 y Reid 4), mientras deja uno libre para terminar de dar cobertura a la zaga (Nelsen 6). Precisamente como en este partido. Adicionalmente tenemos una situación de 4 contra 4 en el medio campo anulando los avances. Para terminar, tres hombres al frente, los dos abiertos (Smeltz 9 y Killen 10) dando seguimiento a los laterales italianos (Zambrotta 19 y Criscito 3), y un hombre en punta (Fallon 14) lidiando con los dos centrales. Todo era perfecto para Nueva Zelanda.
En el caso de Gilardino y Iaquinta, lo mejor era que jugaran mucho más abiertos, para estirar la defensa y crear espacios por el centro. Por lo visto los dos delanteros se metieron muy al centro, siendo presa fácil para los Kiwis. En el medio tiempo, Lippi reconoce su error y realiza las primeras variantes para regresar al 4-2-3-1. Gilardino salió por Di Natale y Simone Pepe dejó su lugar a Camoranesi. Di Natale por detrás de Iaquinta y Camoranesi por derecha. Luego entró Pazzini por Marchisio para cambiar a un 4-3-3 con el que Italia arrinconó por completo a
Nueva Zelanda pero la falta de precisión y química colectiva fue más que evidente para concluir el partido en empate.
Nuevamente a Italia le convierten a balón parado, dejando en evidencia a hombres tan imporantes durante tanto tiempo como Cannavaro. Para variar, la flexibilidad táctica que prometió Lippi, no está encajando bien en el plantel.