Claramente Holanda era superior en individualidades y posiblemente en juego colectivo. El maestro Tabárez hizo el planteamiento de manera cautelosa, inteligente y sobre todo lo más importante, 100% entrega.
Las alineaciones ya estaban confirmadas, el 4-2-3-1 de Holanda de la cual no se han salido durante el torneo. Uruguay puso un 4-4-2 asimétrico sin una banda. La posición de Álvaro Pereira era clave para tratar de hacer movimientos similares a los que hizo Robinho contra los holandeses, probando que tanto iría a retroceder Robben. Por la otra banda era una formación más estrecha con un Diego Pérez más cerca de Sneijder que de Kuyt. Wesley Sneijder quedaba bastante cubierto por dos jugadores. La posición de lateral izquierdo de Cáceres también era muy estratégica para cubrir a Robben. Al ser Cáceres de perfil derecho, Robben tendría más problemas para enganchar hacia adentro. Creo que Arjen tuvo una noche complicada, no podía zafarse tan fácilmente de su marca, y siempre era mejor para él buscar por afuera.
Un problema que tendría Uruguay era cuando Gio Van Bronckhorst se animara a ir al ataque. Era un riesgo, pero partamos del hecho de que Gio no ha sido un jugador que se haya sumado al ataque animosamente durante el mundial y además a su edad ya no tiene el ida y vuelta de otrora. Cavani o Maxi Pereira podían provechar para robarle la espalda. En una de esas incursiones al ataque, Gio apareció solo con el tiempo y el espacio suficientes y cuando parecía que haría un centro, metió un disparó soberbio con el cual convirtió sin duda uno de los mejores goles de la copa, sino el mejor.
El problema de Uruguay ahora era responder. Gárgano era el hombre más adelantado del medio campo pero siendo este un jugador en lo básico de mentalidad defensiva, no tuvo mucha conexión con los dos hombres en punta. Gárgano tenía espacio, pero no fue aprovechado. Holanda seguía presionando muy arriba, De Zeeuw prácticamente ya estaba jugando muy cerca de Sneijder, agrupándose con Kuyt para tener una ventaja numérica por el centro. Kuyt tenía espacio para ir al ataque con su polifuncionalidad ya conocida, sin dejar de lado coberturas al perseguir a Maxi Pereira cuando este se sumaba al ataque. El partido estaba a merced de los holandeses. Pero apareció Forlán. En una jugada que lograron cruzar la línea de presión, Van Bommel y de Zeeuw estaban muy adelante, las líneas muy divididas y había un gran espacio que aprovecharon Cavani para hacer la pantalla y atraer la marca y por su puesto el anotador Diego Forlán, con su extraordinario golpeo de pierna izquierda.
Segundo tiempo. Decíamos que De Zeeuw estaba jugando muy adelantado, con espacio para avanzar más que todo para ejercer presión. Precisamente el cambio fue con un jugador que iba a jugar más adelantado. Van der Vaart por De Zeeuw. El cambio ciertamente le dio un poco más de posesión en campo contrario pero sin tanto peligro de cara al marco rival, teniendo a Uruguay bien replegado con 8 jugadores detrás de la línea del balón. El dibujo táctico holandés claramente cambiaba, con una apuesta más ofensiva en una especie de 4-1-4-1. Pero las oportunidades no llegaban con claridad. El gol de Sneijder parece incluso salido con un poco de fortuna, con la posición muy ligeramente adelantada de Van Persie. El partido daba la impresión de ser ya un negocio cerrado cuando Robben anotó de cabeza para el tercer gol, en una preciosa jugada cuando Kuyit puso un centro perfecto.
El buen gol finalizando el partido de Maxi Pereira le puso una emoción final al partido. Pero estaba sobre la hora y Uruguay no pudo crear alguna chance final para empatar. Los balones al área fueron repelidos por la defensa holandesa.
La Oranje alcanza la final luego de 32 años de no hacerlo, con un fútbol muy lejos de los adjetivos de naranja mecánica y fútbol total. De momento Holanda se ha visto con altibajos y poca pretensión ofensiva pero ha sido una marca perfecta para Van Marwijk. Hay que destacar sin duda el trabajo de Tabárez, conduciendo a su equipo hasta la semifinal estando muy lejos de los favoritos. Con las lesiones y suspensiones aún así no dejó nunca de poner una formación competitiva y adaptada a las condiciones del rival, nunca dándose por vencidos, incluso en el cambio de Forlán – por lesión – siempre mantuvo su idea clara. No hay reproche alguno. Uruguay ahora apunta a luchar por el tercer puesto con honor.