Foto: Diez.hn
Por mucho tiempo Wálter Centeno fue el líder del equipo morado, consiguiendo grandes logros, incluso el tercer lugar en el mundial de clubes. También fue pieza clave con la selección nacional en tres eliminatorias y dos mundiales. A sus 35 años, su futbol se ve condicionado a su estado físico y psicológico. Para un hombre acostumbrado a ganar, a siempre ser figura, tener que dejar de ser el jugador referente debe pesar. Centeno quiere ser el vértice de su equipo, dar el último pase. Su ida y vuelta ya no es el mismo por lo que el último pase generalmente será un balón largo. A balón parado conserva sus virtudes pero se rehúsa a jugar al primer toque, restándole velocidad y sorpresa a las jugadas.
Roy Myers se dio cuenta de eso anoche frente a Brujas, estando Centeno expulsado. Barrantes, Balladares, Paniagua, Cordero, Martínez. Todos tocando de primera intención, rompiendo la segunda línea en velocidad con la pelota dominada. Por lapsos el Saprissa de Myers encontró su fútbol. Tiempo atrás Saprissa tuvo calidad diferencial y mucho juego vertical. Jugadas de tres toques terminaban en gol. Jeaustin Campos quiso mantener ese ritmo y Saprissa ganó campeonatos. Pero el público comenzó a aburrirse ante el deterioro del espectáculo. Saprissa había sacrificado el juego vistoso ante la necesidad de ganar. El fracaso en Concacaf supuso que la fórmula ya no funcionaba. A Myers lo primero que le pide su afición es que el estilo de juego cambie. Esto beneficia considerablemente a los jóvenes con capacidades técnicas superiores, pero deja de lado a varios veteranos que no pueden seguirle el ritmo. Este es el caso de Centeno.
Con el paté, Saprissa gana en efectividad, pero pierde en juego vistoso. Centeno aguarda el pase mientras sus compañeros buscan espacios. Sus compañeros más cercanos la piden al pie, pero él prefiere el pase al espacio a los delanteros. Si Myers quiere a Centeno en un triple pivote junto a Barrantes y Paniagua, Saprissa perderá velocidad. Una solución puede ser subir a Walter de enganche, como pivote ofensivo, jugando entre líneas rivales por lo que evidentemente deberá desprenderse del balón mucho más rápido. Estas son las decisiones a las cuales se enfrente el flaco. Necesita darle un cambio al equipo, pero ahí está Centeno.