Autor: Jonathan Corrales

El Real Salt Lake fue superior anoche al Deportivo Saprissa en varios aspectos. Pequeñas batallas que ganaron para al final sacar una considerable ventaja de dos goles para el partido de vuelta.

Los movimientos de los Royals fueron con mucha velocidad. A un ritmo superior al que posiblemente estén acostumbrados los jugadores costarricenses en sus presentaciones por el campeonato nacional. Tampoco el Olimpia presentó movimientos con esta intensidad, al menos en los dos compromisos con los saprissistas.

Para hablar de velocidad tenemos dos contextos; con y sin balón.  Cuando el RSL se defendía, su bloque se agrupaba con mucha eficacia, generalmente con ocho jugadores, excluyendo a Saborío y Espíndola que se mantenían en posiciones adelantadas como principales objetivos en las transiciones defensa-ataque. Su parado era un 4-4-2 pero ordenados 4-1-3-2, ya que Kyle Beckerman era el eje en salida así como también el encargado de anular el juego por la zona central de Centeno. Beckerman es el jugador que marca las pautas en los movimientos, razón por la cual se entiende su capitanía desde hace varias temporadas.

Con el balón en posesión fue cuando el RSL sacó mayores ventajas. No solamente en sprints 1×1 tomaron ventaja, sino también las transiciones pie a pie. El juego colectivo mostrado fue bastante alto, tomando en cuenta que acaban de concluir la pretemporada no era tan claro que esto sucediera. Se vieron superiores en este aspecto, a diferencia de Saprissa que tuvo muchísimas dificultades para efectuar pases consecutivos en territorio contrario.

Además de ese juego colectivo elaborado que mostraron los de casa, también fueron capaces de hacer daño con argumentos mucho más sencillos en base a las posibilidades de sus hombres en ataque. Sencillo porque bastaba un trazo largo incluso desde propio campo, para colocar el balón en su poder en posiciones frente al área de los morados, generando ocasiones claras de gol. La primera anotación del RSL, es una interesante combinación del juego sencillo y directo con balones largos, y el elaborado con pases en cortos para desestabilizar la defensa, a gran velocidad.

Cuando nos referimos a las posibilidades de los hombres en ataque, es en este caso a Saborío y Espíndola. El costarricense tiene características de nueve que le permiten sacar provecho en despliegue de pivote, ganando balones aéreos frente al área contraria, buen juego de espalda y posterior asociación con algún compañero en segunda línea de ataque, por ejemplo Javier Morales. Espíndola por su parte no tiene un juego aéreo tan claro como Saborío, pero si es portador de una técnica interesante que le facilita controlar esos balones largos. La magia del primer toque. Sus movimientos tienden a buscar la espalda de los laterales contrarios, donde generalmente hay espacio, para luego sacar ventaja de su técnica y habilidad en el 1×1. El segundo gol muestra la voracidad con la que ataca el espacio, a merced del error en salida de los morados. La defensa de Saprissa padeció todo el partido de esto, lo cual derivó en constantes faltas sobre Espíndola, algunas en cierta complacencia del árbitro central. Fabián Espíndola fue nombrado jugador del partido.

Saprissa se dio cuenta desde el inicio que las cosas no pintaban bien. A pesar de que su planteamiento táctico que tendía a un 4-5-1 (Con Armando Alonso y Jairo Arrieta bajando por los costados) les permitía en teoría tener un hombre más en mediocampo, esto no se hizo efectivo durante el partido. Claro que en el segundo tiempo tuvieron posesiones más largas pero fue cuando ya perdían el partido y el RSL se dedicaba a controlar.

Si la idea de Juan Manuel Álvarez era especular en este primer partido, dio la sensación que no se le prestó la suficiente atención a los movimientos de Beckerman, el eje en salida del RSL.  Beckerman anulaba a Centeno, pero Centeno no anulaba a Beckerman. El Paté retrocedía varios metros en busca del balón en su propio campo, así como también avanzaba hasta acompañar a Josué Martínez. Con esto en parte se despreocupó de Beckerman y nadie lo presionaba, a excepción de algunos movimientos de Sequeira y Guzmán que se percataron de las libertades del capitán del RSL. Sin embargo si los contenciones salían de posición para realizar esa presión, el RSL resolvía con sencillez lanzando balones largos a los objetivos antes mencionados, gracias a ese espacio entre líneas que se abría. Arrieta y Martínez optaban por presionar a los centrales del RSL, sin embargo estos lo solucionaban entregando el balón a Beckerman que recibía con cierta tranquilidad. Es decir, la presión sobre el rival en ningún momento fue efectiva.

En ofensiva el Saprissa mostró muy poco. Escasas ocasiones para lograr el gol del descuento. Aquí los de casa estuvieron bastante sólidos, sin regalar espacios, con una gran cantidad de recuperaciones de pelota. En contraste con la buena labor del rival, Saprissa tuvo un desempeño por debajo de su nivel. Ni siquiera sacó ventaja en lo que parecía más evidente, en lo físico, en vista del rodaje que lleva en la presente temporada.

Saprissa tiene la capacidad de sobre para darle vuelta al 0-2, o al menos forzar los tiempos extra. El Ricardo Saprissa lleno no es garantía pero si es un plus. También será importante que tengan mayor atención con los argumentos del rival, porque recibir un gol en el partido de vuelta podría ser claramente determinante. Tengamos en cuenta que incluso el Cruz Azul se vio en aprietos para vencer al RSL en su propio estadio. Los norteamericanos han demostrado jugar bien de visita.