No puedo. A estas alturas del partido debo admitir que dedico muchas horas de un día cualquiera de mi vida al fútbol. Desde partidos descargados, transmitidos por TV, videos, libros, revistas, periódicos, websites, blogs, etc. Lo quiera o no, se ha hecho una parte importante en mi persona.
Sin embargo, dentro de todo ese mar de información en el cual nos sumergimos (sin importar en este momento la relevancia de la misma) hay algo con lo que aún no puedo lidiar. Son los rumores de fichajes. Confieso abiertamente que el tema de los fichajes es algo que ocupa también un gran espacio en mis conversaciones pero hay límites.
El problema básicamente radica en que gracias a la inmensa cantidad de mentiras que a diario surgen en los diversos medios, hemos perdido la posibilidad de diferenciar entre la verdad y un simple invento para promocionar un jugador. Evidentemente hay casos fuera de lo común, como que Cristiano Ronaldo iría al Manchester City, pero la gran mayoría son rumores que trascienden a través de los medios, y confunden al consumidor.
Recuerdo hace un par de años, me parece en un foro, ver un compilado de rumores/aciertos de los principales medios deportivos españoles. Los números eran ridículos. No es de extrañarse, solo hay que revisar en los últimos meses los rumores que se filtran en las noticias para sacar nuestras propias cuentas. Aunque tomemos a consideración la cantidad de transferencias que se caen en las negociaciones (esas conversaciones telefónicas, reuniones en despachos, emails, etc dignos de telenovela) la cantidad de rumores sigue siendo demasiada.
Los jugadores, familiares, dirigentes y demás leen a menudo ese tipo de información. Incluso algunos futbolistas aseguran que se dan cuenta del interés de un club por ellos a través de los medios. Es decir ni siquiera su representante les comenta sobre algún caso en concreto. Esto nos da una pista sobre la realidad detrás de la situación. Son los representantes de jugadores los que pagan por esas noticias, los que inundan nuestro timeline de noticias para desviar la atención, aumentar el precio de la cotización, despertar el interés de los clubes o simplemente promocionar su producto.
En el fondo no hay nada de malo en promocionar un producto. A través del marketing – rumores pasar de un low profile a high profile de un futbolista para buscarle un mejor futuro/contrato. Es parte del negocio, y es redondo. Hasta ahí estoy de acuerdo. No obstante creo que el asunto se salió de control desde hace ya varios años y empeorando paulatinamente. Esto ha dado cabida a bromas de parte de websites y foros, donde medios de comunicación han caído en la trampa de los fichajes inexistentes.
¿Sería mucho pedir un poco más de responsabilidad de parte de los medios, representantes y dirigentes? Si todos los excesos son peligrosos como asegura cierto refrán, ¿podría más bien en algún momento esta situación complicar la venta de jugadores? Yo lo dudo, pero al menos algunos cuantos podrían verse perjudicados.
Foto: Claudiolobos en Flickr