Inglaterra se enreda en su propio estilo. Se vieron muy estáticos y con muchísima falta de intensidad ante una Argelia muy aplicada en defensa pero con bastantes limitaciones para generar peligro en la portería de James, que llegó para reemplazar a Green.
En el once inicial, Gareth Barry inició en lugar de James Milner. Ante esto la posición de Gerrard cambió a una un poco más libre, por momentos tirado a la banda y en otros por delante de Barry y Lampard. Un 4-4-2 no tan ortodoxo en ese sentido. Argelia salió con el 3-4-2-1 muy similar al utilizado en el partido inicial. Al defender, el sistema se acomoda en un 5-4-1. Ya Egipto había avisado de este sistema a Inglaterra en un amistoso en Wembley que comenzaron ganando los africanos. Al final los ingleses ganar 3-1 pero el primer tiempo fue desastrozo. Esos tres hombres en el fondo de Argelia, les permitió tener a los atacantes ingleses cubiertos y aún así tener un hombre libre para tapar la entrada en segunda línea de ataque de Inglaterra, por ejemplo Lennon. Argelia se acomodó muy bien en defensa cerrando los espacios, en donde el equipo inglés no logró hacer daños por las bandas ni por el centro.
Con este panorama, hubiera sido ideal ver la entrada de un Joe Cole o Michael Carrick para romper el orden de los africanos. Talvez con un 4-2-3-1 que utilizó durante el 2009. Pero los cambios de Capello iban en otra dirección. Poco cambió en lo táctico. Ashley Cole fue poco utilizado a pesar de que estuvo muy adelantado al medio campo, un Wayne Rooney muy estático con los centrales argelinos y para terminar, el juego de Gerrard, Lampard y Barry parece no tener asociación.
Los aficionados ingleses tienen motivos para estar molestos ante el juego tan pobre que muestra la selección de la rosa, mientras que los argelinos salen más que satisfechos con el resultado. Dificil reto el de Capello para tener la respuesta a los problemas que aquejan a su selección y hacerle frente al último partido de la primera fase ante Eslovenia, nada fácil.