El cambio que tuvo Australia en este partido con respecto al desastre del partido inicial fue radical. Tácticamente pasaron del fatídico 4-4-2 a un 4-2-3-1. Con la entrada de Bresciano y Holman, los socceroos ganaron posesión de balón. Tuvieron buena proyección al ataque con el pivoteo de Kewell y la proyección de Emerton. Se pusieron al frente con el error de Kingson en el tiro libre de Bresciano que terminó por mandar al fondo Holman. También hubo un cambio por la banda izquierda, con la entrada de Carney en vez del jugador Chipperfield, otro de los condenados por el juego contra los teutones. Ghana repitió la alineación del partido frente a Serbia.
Australia ponía el ritmo pero vino la jugada del partido con la expulsión de Kewell, penal para Ghana que Gyan transformaría en anotación. Con esto Pim Verbeek no realiza reposicacionamientos, con un 4-2-3. La labor de sacrificio de Holman fue notable, tapando la salida de Annan y a su vez sumándose al ataque en la parte central para cubrir la posición de Kewell. El dominio de Ghana a partir de la expulsión fue evidente, durante los 65 minutos restantes de partido. Nuevamente se vieron las dificultades de los africanos para definir. Parece que un solo hombre en punta le resta muchísimo poder ofensivo, a pesar de las intervenciones de Tagoe, como delantero ocasional para cerrar los centros desde la izquierda. Precisamente es la ofensiva diestra la que se muestra más peligrosa, cuando se junta el juvenil Ayew y el polémico Boateng. Esas precauciones defensivas evitan que Ghana sume otro delantero en punta. El primer cambio es Tagoe por Owusu-Abeyie, un delantero. Luego entraron Muntari y Amoah. Practicamente toda la carne en el asador pero el gol de la victoria no llegó. Quedan obligados a sacar un resultado positivo contra Alemania, otra que llega ciertamente con dificultades al último partido.