Como manera de introducción, a partir de este artículo se abre una nueva sección en el Taco de Jara con la participación de invitados especiales. La intención es comentar acerca de aquellos jugadores a los cuales se les guarda una especial admiración con el paso del tiempo. Hay momentos que marcan la afición hacia un equipo o una figura, siempre hay algo emotivo en ello. Debo aclarar que la idea no es original mía sino que nace gracias a una iniciativa similar que apareció en el Blog The Equaliser en Inglaterra. Ellos le pusieron su estilo, nosotros le ponemos el nuestro. Muchas gracias a las personas que han aceptado escribir para nosotros.
A finales de la década de los noventa mientras cursaba yo mis últimos años de primaria, fue cuando participé en varias “escuelas de fútbol” en Ciudad Quesada (entiéndase como chances para patear bola). El último equipo en el que estuve fue el del Barrio El Carmen donde tuve la oportunidad de hacer muchos visitas a diferentes lugares de nuestro país.
En esos viajes jugamos con muchos equipos, varios de ellos dirigidos por exjugadores de nuestro balompié. Unos muy destacados, otros no tanto. Pero sin duda alguna el mejor con quién he podido compartir, es aquél que en el año mil novecientos noventa y nueve llegaría con su equipo a una de las canchas de Javillos de Florencia. Él manejando su bus, tipo escolar amarillo, y cantando aquella canción que era todo un himno para PIPASA, equipo “pre-mosco” al que entrenaba. Toda una leyenda del fútbol nacional, pero ante todo, un gran personaje.
Es aquél que debuto con Liga Deportiva Alajuelense ante el River Plate, el que corría al “corner” para hacer como torito cuando celebraba los goles, recordado por “La Jugada del Zoncho” y de habérsele inventado una protesta de apagar las luces del estadio en mitad un partido.
Por mis venas corre sangre morada, pero la esencia de un persona como él es imposible no tomarle cariño. Su forma de ser y de hablar ante las cámaras sigue siendo único.
Allá a lo lejos se veía venir, en una de las canchas de Javillos de Florencia. Por dicha esta vez no lo había dejado el chunche.
Partido con buen ritmo y entretenimiento dio como resultado un justo ganador. Aunque los dos últimos goles de los rojiamarillos no fueron en acciones producto de ese dominio, si tuvieron chances para hacerlo en los dos tiempos. Su rival Saprissa no estuvo a la altura del juego y no supo reaccionar con el marcador en contra oportunamente.
Desde el inicio el destino del partido se encarriló con un Herediano presionando muy arriba en el campo. Orlando De León mostró un 4-4-2 tal y como se había anticipado. En palabras de Cancela “Practicamos estos días con solo dos atacantes, con posibilidad de variantes”. También lo comentó De León sobre el cambio de sistema de 4-3-3 a 4-4-2 que ha presentado en los últimos juegos. Los dos hombres en punta, Núñez y Ledezma, fueron fundamentales.
Por su parte Roy Myers salió con el típico 3-5-2, por costumbre o por análisis del rival, ya que en buena teoría el 3-5-2 puede ser efectivo contra sistemas que utilicen dos delanteros. Myers esperaba que el CSH saliera con el 4-4-2. “El planteamiento va a ser similar a lo que hemos venido haciendo (3-5-2)…Hemos visto a Herediano y en su último partido jugó un 4-4-2 con Froylán Ledezma y Víctor Núñez, pero don Orlando siempre sorprende con alguna alineación.” Comentó Myers antes del juego. Por el centro del campo tendrían superioridad, con Centeno, Douglas Sequeira y Mauricio Castillo, contra Cubero y Acosta. Era una situación de 3 v 2 tal y como se muestra en la figura 1. Sin embargo aquí es donde surgió una de las claves de la victoria florense, con la presión arriba recuperando muy rápido la pelota y en posiciones adelantadas. Con esto el juego de Centeno fue quedando aislado, obligando al Paté a retroceder varios metros para poder hacer contacto con el esférico.
De esta forma Saprissa no tuvo la posesión y no lograba hacer valer ese 3 v 2 por el centro. Fueron 25 minutos de una presión asfixiante que incluso pudo haber deparado en una anotación más para el equipo local. Los ataques sobre todo por izquierda fueron constantes, donde Loaiza lo pasó mal y no podía sumarse al ataque. El gol a los 6 minutos es producto de uno de los tiros de esquina en donde ganan la segunda bola y termina en el gol de Arias. A pesar de que los sistemas con 3 defensores pueden ser efectivos para enfrentar a dos delanteros, en este caso la perspectiva cambia cuando esos delanteros no se quedan por el centro sino que se mueven hacia las líneas laterales obligando a los centrales a salir de la zona. Robinson y Mena lo sufrieron así, dando apoyo constante a Valladares y Loaiza que tenían complicaciones. Es ahí donde ese defensor central de más pierde el efecto.
Después de aproximadamente esos 25 minutos, Saprissa logra recuperar un poco más la posesión, en posiciones más ofensivas. Herediano se defendió bien y respondió de contragolpe en varias ocasiones con transiciones muy rápidas, en donde Forylán Ledezma y Víctor Núñez hicieron valer sus condiciones individuales y los movimientos en conjunto. Dentro de lo que fallaron fue en ese último pase para no caer en el offside. Herediano no metía el partido al congelador sino que buscaba contragolpear en cada acción, lo cual tal vez influyó en que no tuvieran la posesión del balón por periodos más extensos. Las características de los jugadores lo hacían así, con la ausencia de Guio y Cancela. En intensidad, esos movimientos desde el banquillo surtieron efecto.
Para el segundo tiempo el guión fue el mismo, con Saprissa tratando de alcanzar posiciones adelante y Herediano contragolpeando. Myers hizo el ingreso de Luis Diego Cordero por José Mena. Douglas Sequeira bajó al centro de la defensa y el sistema se mantenía en el 3-5-2, ahora con Luis Diego Cordero por delante de la defensa dando salida. Luego entró Jairo Arrieta por Valladares pero el sistema tampoco cambiaba drásticamente, ya que Alonso se colocó como lateral derecho y Loaiza de lateral izquierdo – antes estaba de lateral derecho. Al 69 llegó el primer gol de penal de Ledezma y Myers decide ahora sí cambiar su esquema, con el cambio de Víctor Codero por Josué Martínez, para formar un 4-3-3. Era Loaiza y Alonso de laterales, Robinson y Douglas Sequeira de centrales; el medio campo con Castillo, Cordero y Centeno; en punta Arrieta por izquierda, Alejandro Sequeira por el centro y por derecha Josué Martínez. Tampoco se puede decir que el cambio era arriesgando demasiado, pero si un aumento en la parte ofensiva con los recursos más pesados que tiene, situación que no se había presentado en la temporada. Los morados crecieron en su volumen de juego y tuvieron oportunidades para descontar en el marcador. Antes de que consiguieran el descuento, llegó el tercero de Heredia en un penal que no era pero ejecutado de gran forma por el jugador de la noche, Froylán Ledezma. Luego vino el descuento que parecía inminente desde minutos atrás, en los pies de Alejandro Sequeira con la habilitación de Arrieta.
Saprissa tuvo mayor cantidad de oportunidades en el segundo tiempo pero también Herediano tuvo chances muy claras en jugadas de contragolpe. La más clara es la de José Sánchez y también la de Olman Vargas que fue señalada como penal, pero que Sequeira sacó casi en la línea de gol antes de que sancionaran la falta.
Aunque los goles de Herediano llegaron por otros medios, el dominio que tuvo en el juego hace que el marcador final sea justo. Sobre todo con la presión en el primer tiempo. Saprissa tuvo carencias para la salida del balón con esa presión de Herediano. Por eso el cambio de Luis Diego Cordero para mejorar este aspecto. También los problemas defensivos importantes aunque en el segundo tiempo ya con el equipo lanzado al ataque su última línea quedó más expuesta. Myers cambió de sistema durante el juego y también de posiciones, lo cual da la impresión de ser producto de dudas con respecto al rendimiento de algunos jugadores y de su sistema táctico. Sobre todo cuando los atacan por los costados el sistema luce frágil, obligando a los centrales (stopper) salir de la zona hacia la banda, dejando espacios por el centro (En este partido se hizo evidente cuando Ledezma y Núñez se mueven a la banda). No sería mala idea que Myers probara otro sistema como el 4-3-3 que usó al final, tratando de colocar una estructura más ofensiva desde el inicio. Saprissa ha tenido que jugar la mayoría de partidos con el marcador en contra desde temprano y ha fallado para responder.
La anotación del equipo local a los 28 segundos hacía pensar que San Carlos había salido con todo y no tendría problemas para superar a Puntarenas. Un gol de gran calibre de Félix Montoya que emocionó a los toros del norte a ir adelante aún más. Pero querían ir al frente con poca intensidad y sobre todo, descuidando un poco la transición ataque-defensa.
Daniel Casas puso los mismos 11 hombres que iniciaron contra Barrio México, con un 4-3-3 pero la diferencia es la posición de Gustavo Pérez, más adelantado en zona ofensiva. Dos hombres abiertos con Sánchez y Russell, y el delantero centro Juan Vicente Solís.
Jorge González analizó perfectamente ese último juego de San Carlos y planteó un 4-4-2 con un rombo en el centro para contrarrestar el mediocampo. Una formación para nada defensiva con Víquez y Rafa Rodríguez por los costados, Gabriel Masner de enganche y dos delanteros. Rafael Núñez el hombre en la contención por delante de la línea de cuatro de la zaga. Como vemos en la figura 1, superaban numéricamente por el centro del campo a los norteños, sobre todo cuando los hombres en ofensiva no retrocedían efectivamente para topar las marcas. Pronto Puntarenas se adueñó del balón aunque no generaban ocasiones de gol claras. Vino la jugada del penal sancionado, con una mano fuera del área de Alvarado que el árbitro señaló así. El empate puso nerviosos a los sancarleños, que se confundían para tomar las marcas. Intentaron intercambiar posiciones al frente para desestabilizar pero no encontraban la fórmula y las individualidades tampoco se hacían presentes.
Posicionamiento inicial del PFC, tal y como aparece en la figura 1
Otro detalle del posicionamiento del PFC, como en la figura 1, esta vez con las posiciones regulares durante el primer tiempo de los sancarleños. Juan Vicente Solís en Punta, Russell y Sánchez abiertos. Gustavo Pérez en una posición ofensiva.
Figura 2
Casas se dio cuenta claramente de esa desventaja en el mediocampo. Para el segundo tiempo realizó una variación de su sistema hacia un tipo de 4-2-3-1, como en la figura 2 (Escuchar el audio de la conferencia de prensa en este artículo de NL en donde Daniel Casas confirma que cambió de sistema dos veces). Gustavo Pérez pasaba a la derecha, Álvaro Sánchez por izquierda y Manfred Russell por el centro con mucho más libertades (Escuchar la declaración de Russell en el mismo artículo de NL donde comenta sobre este movimiento). Esto le dio mucho más fuerza al centro del campo, con más presión en la salida del PFC, marcaciones mucho más referenciadas. También cabe destacar que salieron mucho más enchufados, como siempre la parte psicológica es fundamental. San Carlos tomó el control de la posesión y comenzó a generar buenas ocasiones de gol. Así es como consigue un tiro libre al borde del área que posteriormente fue cobrado por Gustavo Pérez para el segundo gol.
Detalle de las posiciones de los jugadores de San Carlos, como en la figura 2. También se muestran los del PFC mucho más rodeados y referenciados.
Ya con el marcador en contra, Jorge González hizo cambios importantes para aumentar la intensidad del juego de su equipo. Entró el exmanudo Diego Brenes aportando mucha movilidad por el argentino Masner que lucía muy incómodo con la marca encima y desapareció en el segundo tiempo. También entraron José Mendoza y Jason Peña por Gaitán y Rodríguez. Esos cambios también surtieron cierto efecto, aunque salvo una oportunidad clarísima de gol que desaprovecharon, no lograron empatar. Parte de esto gracias también a que Casas hizo otro cambio de planteamiento (del otro cambio de sistema que habló en la conferencia) con el ingreso de John Jairo Quiñones y Geiner Segura. Pasaba a un 4-4-2 para proteger más el centro del campo.
Agradó ese sistema del segundo tiempo con el 4-2-3-1 de San Carlos. Obviamente todo esto está sujeto a las características del rival. Bajo ese esquema, el puesto de Gustavo Pérez deja algunas dudas, tal vez con otro jugador con otras características como Gustavo Murillo podrían hacer diferencia. Para Puntarenas, a pesar de que no realizaron un mal partido, requieren de mucho más poder ofensivo para completar lo que puede ser un medio campo muy fuerte. Ariel Santana y el mexicano Gaitán aún no encuentran su forma óptima.
El Barrio México era el líder del torneo y eso tenía más presión para el lado Alajuelense. Psicológicamente el rival imponía respeto. Los canelas realizaron un partido muy valiente y lograron equilibrar las cosas aún con un jugador menos aunque al final Alajuelense logró encontrar el ritmo necesario para anotar el gol de la victoria.
A grandes rasgos, Barrio México mostró nuevamente un 4-3-3. Bajo los conceptos que se manejan por momentos esto puede ser también un 4-2-3-1. Hay mucha movilidad en la parte media, sin un orden específico. Maikol Ortíz fue hombre clave en el esquema. Mucha libertad y con una idea clara de cómo tenía que moverse entre líneas. Como vemos en el gráfico (Figura 1) el hombre más cercano para la marca era Guzmán. La movilidad de Ortíz obligaba a Guzmán a salirse constantemente de posición, sobre todo hacia su izquierda para colaborar con el lateral, ya que Ortíz se acercaba a la banda. Esto evidentemente generaba espacios por el centro.
El sistema de Óscar Ramírez fue nuevamente el 4-5-1 (4-1-4-1) con el cambio de posición de Ureña que ahora aparecía como hombre en punta en vez de Mario Camacho. Pablo Antonio Gabas pos izquierda y Argenis Fernández por derecha.
A los 21 minutos Downs fue expulsado y el partido se ponía cuesta arriba para el Barrio. Tan solo un par de minutos después las cosas se ponían color rojo y negro con el gol de Marco Ureña. BM estaba descolocado por la expulsión, Ureña aprovechó para abrirse espacio por el centro quedando frente a la última línea mexicanista, con Argenis Fernández abriendo espacio por derecha pero Ureña prefirió el remate certero que transformó en gol.
Aquí es donde BM demuestra su mayor valentía. Su planteamiento cambió a 4-4-1 (Figura 2) con Ortíz hacia la derecha dejando dos hombres en la contención y a Berny Scott por izquierda. Arriba siempre el espigado William Phillips (El mediocampo se acomodó como en un 4-4-2 ortodoxo o en línea). Precisamente es Phillips el protagonista del gol del empate. El equipo de la franja se paraba bien con el nuevo planteamiento, presionaban arriba cerrando los espacios por el centro. Su deficiencia era sumar hombres en el último cuarto de cancha. Pero es ahí donde Phillips luchó una pelota, ante la indecisión e incapacidad de los defensas para despejar el balón, disparó con una potencia sensacional para acabar con la racha de imbatibilidad de Patrick Pemberton.
Ramírez necesitaba variantes para salir por el partido que se le había complicado, tanto en intensidad de juego como en volumen. Perdió la posesión. El planteamiento lo varió en el segundo tiempo a un 4-4-2 con rombo en el centro (Figura 3), con el ingreso de Leandrinho y Diego Estrada por Fernández y Calvo respectivamente. Este es un planteamiento muy similar al que utilizó Luis Roberto Sibaja el torneo anterior. Esta vez apareció Guzmán en la contención, Gabas por izquierda, ya no tan pegado a la banda en donde parece no encontrarse, Oviedo por derecha y Estrada por el centro con libertades. Adelante Ureña y Leandrinho. El brasileño aportó mucha movilidad, con movimientos hacia la banda izquierda y con profundidad por el centro.
A pesar de que en los primeros minutos BM seguía presionando arriba, poco a poco Alajuelense fue encontrando el ritmo y estilo de juego. Estrada se lograba zafar de la marca de los dos mediocentros contenciones – Leonardo Ly y James Scott – quienes debían cubrir a Gabas y Oviedo. Con Ortíz ocupado con Meneses y Berny Scott persiguiendo a Kevin Sancho (después fue Roberto Segura que ingresó de cambio), Alajuelense creaba situaciones de 3 v 2 para sobrepasar la segunda línea visitante y acercarse al área. En una de esas incursiones, Acosta que avanzaba con muchas libertades (figura 3) abrió para Meneses quien centró por bajo para la llegada de Leandrinho.
Marvin Solano se da cuenta de esa desventaja por el centro. Tal vez el cambió llegó demasiado tarde, pero justo después del gol, cambió a Ortíz por Cheves para contrarrestar el dominio manudo. El sistema ahora sí cambiaba completamente a 3-5-1 o 5-3-1 si retroceden más los laterales. Solano aplicando bien la teoría de 3 defensas contra 2 delanteros y 5 hombres en el medio campo contra 4 del rival. Con esto BM logró equilibrar el partido pero ofensivamente no logró aportar lo necesario para el empate.
En las conclusiones vimos como Óscar Ramírez cambió el esquema que venía utilizando. Es muy probable que lo vaya a utilizar a menudo, tal vez no de arranque pero si de variante como lo indica al final en la nota para Al Día. Pasar a dos delanteros es algo que deberá analizar dependiendo de las características del rival. Barrio México demostró gran valentía presionando muy arriba, cerrando bien los espacios aunque al final no fuera suficiente. Marvin Solano también demuestra ser buen estratega para leer los movimientos del rival y equilibrar a su equipo con la desventaja de un hombre menos por la expulsión. Pierden el liderato pero no la confianza.
Partido realmente muy entretenido con dos equipos mostrando fútbol muy propositivo aunque si bien es cierto la aplicación defensiva fue deficiente igualmente en los dos equipos. Uno por permitir dos goles en el primer tiempo y el otro por no saber mantener esa ventaja. El espectador agradeció el espectáculo.
Más metidos en el partido, un gran comeback por parte del team florense que terminó el primer tiempo perdiendo 2-1. Pero en el primer tiempo el balón fue de los generaleños. El señor Rafael Bautista Arenas colocó un 4-2-3-1 bastante interesante. Vi un poco del PZ en pretemporada y la mejoría es evidente. En la banda derecha Gatjens + Monge se entienden muy bien. Juan Diego Monge viene mostrando buen nivel desde hace varias temporadas. La otra pieza clave, Erick Marín, sin marca referente que lo persiguiera porque PZ hacía 2 v 3 por el centro y Marín quedaba suelto hasta la última línea florense. Las libertades fueron muchas, se movió por todo el frente de ataque y también colaboró en defensa. El primer gol es prueba de lo complicado que era seguir sus movimientos cuando apareció solo para cabecear.
El segundo gol de PZ nuevamente es con combinaciones por las bandas, con buena velocidad, cambios de juego desestabilizando el planteamiento defensivo herediano y la aparición de Monge para poner el 2-0. Los cuatro hombres que usa Herediano para el ataque (Guio, Briceño, Ledezma y Núñez) tienen muchísimos problemas para retroceder dejando sobre todo espacios por las bandas que fueron aprovechadas por Mudarra y en mayor parte por Gatjens.
Sin embargo Herediano hasta ese momento no lo hacía tan mal en ataque. Forylán Ledezma es el hombre clave. El planteamiento es básicamente un 4-4-2 pero más complejo. Ledezma se mueve hacia los costados. Desborda bien y le dejaron espacios para correr. Por derecha le cuesta colocar los centros, es muy zurdo y debe acomodarse a su pierna. Cuando penetra por izquierda se le nota más cómodo y logra poner balones al área con mayor facilidad. Vino el penal de De Lemos que sobre Núñez, muy discutido que convierte en gol el mismo Froylán de gran forma a lo Panenka. Con esto se fueron al descanso.
En este planteamiento Briceño es el que menos acoplado se nota. En teoría el Briceño tiene un perfil mucho más de delantero pero juega más retrasado en la banda opuesta a Tirso Guío. Es posible que De León cambie a Briceño por un jugador diferente para la posición como Cancela. Lo hizo en este partido en uno de los cambios. Entendemos que Briceño ya había jugado en una posición similar en su primera llegada a Heredia, pero con un torneo tan corto no hay tiempo para esperar a que un jugador se acople al sistema. Gusta también el juego de José Cubero, buena marca y gran salida de balón. La sorpresa del once inicial fue Bismark Acosta, descartado en su momento pero que se apunta para luchar por el puesto.
También aparece el nombre de Olman Vargas, figura en la primera jornada, castigado por el segundo partido. Entro de cambio y colocó el tercer gol.
Por el lado visitante resulta imperdonable el segundo gol sobre todo, mala marcación que regaló el empate y nuevos bríos a los florenses en busca de la victoria. El DT Bautista lo reconoció al final del partido molesto por la falta de orden para defender la ventaja.
Las conclusiones dejan un buen sabor de boca la ofensiva de los dos equipos. Bien trabajadas y con mucho margen de mejoría. Resaltando los nombres de Juan Diego Monge y Froylán Ledezma. También Marín aunque este tuvo demasiadas libertades. La contraparte de esto es la falta de intensidad defensiva. Los dos planteles requieren de más intensidad y sacrificio a la hora del repliegue, cerrar espacios y tomar las marcas.
Un clásico tan aburrido como decepcionante fue lo ofrecido por los dos equipos con mayor afición en el país. Antes de comentar algunas cosas que me parece están a veces fuera de control en Costa Rica, vamos a ver el aspecto táctico que se dio al inicio del juego.
El planteamiento de Myers no cambia mucho pero si los jugadores. Puede verse como un 3-4-1-2. Básicamente un 3-5-2. Es un sistema para la tendencia es a la defensiva, donde se agrupan 5 jugadores cuando los laterales retroceden más dos mediocentros completando una defensa de siete hombres.
Comentaba Everardo Herrera durante la transmisión de Teletica, que Alajuelense salía con un 4-4-2. Oscar Ramírez viene comentando acerca de que ese es el planteamiento base de su equipo. Sin embargo, repasando el juego anterior y tomando muy en cuenta la forma en que la LDA se repliega defensivamente para tomar las marcas, el sistema se asemeja más a un 4-1-4-1. Esto lo comentamos en el partido anterior. Calvo, a pesar de ser tomado como delantero y usar el número 9, retrocede para tomar balones desde Guzmán y acompañar a Oviedo y en el caso de este partido a Gabas que se mueve desde la izquierda hacia el centro.
Como vemos en el medio campo las marcas estaban bien referenciadas. 3 v 3. En los primeros minutos Alajuelense tuvo mayor control de la pelota (cuando aún eran 11 vs 11) y en parte gracias a los movimientos de Gabas hacia el centro para tener un hombre de más por dentro. Claramente si Alajuelense hubiera sido más agresivo por las bandas con la colaboración de Clark y Meneses hubieran dobleteado por los costados y complicado las cosas para los morados. Cuando lo hicieron crearon peligro, pero los dos laterales no cumplieron con su labor ofensiva cuidándose las espaldas. Constantemente Fernández se topó en uno contra uno con Valladares, al cual no pudo pasar, sin acompañamiento para los relevos. Con respecto a Meneses y Clark, Alejandro Sequeira y Armando Alonso se encargaron de impedir que se sumaran al ataque con libertad, con movimientos a los costados. El ingreso de Alemán en el segundo tiempo fue en parte para esto. También entró Sancho en LDA para mejorar la profundidad por los costados pero salvo en algunas jugadas como la que desperdicia Gabas, no surtió el efecto esperado.
Ahora bien, evidentemente el partido cambia con las expulsiones. Saprissa cambia a 4 en el fondo con la expulsión de Cordero. Con la salida de Centeno, defensivamente no cambiaba el esquema. Sin duda, el ataque morado fue lo más perjudicado. Con la formación de 4-2-2 (ó 4-4 abriendo a Alonso y Alemán) Saprissa tomó bien las marcas y no se dejó desestabilizar nunca con un repliegue estrecho. No sería de extrañar si Myers cambia a una formación con línea de cuatro a futuro cercano.
Los hechos lamentables tienen que ver con las expulsiones, con la cantidad de exagerada de faltas, ausencia de juego colectivo. Cuando una disputa de un partido pasa de ser un enfrentamiento profesional-deportivo a una disputa personal, el final no puede ser rescatable para el espectáculo. Podemos hablar de los árbitros, pero no son ellos quienes cometen las faltas fuertes y los insultos hacia sus propios colegas (rivales) que influye en el ánimo del espectador. Calienta las cosas en la grada. Necesitamos un cambio de mentalidad de los jugadores. ¿Han escuchado esa frase de jugada infantil? Bueno, ese tipo de roces no me parecen otra cosa que infantiles. De partido de juveniles que aún no controlan su carácter. Pensemos en eso. Las energías están mal canalizadas y ciertamente desde los banquillos, – y hablo exclusivamente del banquillo morado – con gestos obscenos y derroche de lenguaje soez no incita a otra cosa en los jugadores que la violencia. Se supone que es desde la dirección técnica que debe aparecer la cabeza fría para tomar las mejores decisiones.
Se nota cuando ya los equipos se van conociendo. Es la jornada 2 y la información ya no es tan escasa como para el primer partido. En este caso los dos equipos tienen estilos muy distintos desde el aspecto táctico hasta las características de los jugadores pero que se preocuparon por no regalar nada en el estudio de fortalezas y debilidades.
Juan Diego Quesada probó nuevamente una forma 4-2-3-1 del partido contra Pérez Zeledón. Cambios en los nombres. Aparece Víctor Gutiérrez por izquierda y Randy Cubero acompañando a Badilla en la contención. Pablo Salazar se lesionó en el calentamiento siendo suplido por Andrés Flores.
El juego de la UCR es más elaborado prefiriendo conducir el balón a ras del suelo. Cubero y Badilla le dan buena salida al balón. Limón prefiere el juego directo, mucho más físico y gustan del pelotazo largo. Sin embargo por bajo también ofrece buenas cosas a través de jugadores con buena técnica como Henry Pinnock. Es un 4-5-1 un poco distinto al mostrado por Ronald Mora en el primer partido contra Santos. Tal vez pensando en esperar algunos metros a la UCR y atacar de contragolpe. El 4-5-1 se acomodó 4-1-4-1 en función de la marcación zonal para frenar a los universitarios.
En el medio campo las referencias eran evidentes. Era un 3 v 3 teniendo en cuenta la posición retrasada de Gabriels. Completa anulación que hizo muy difícil el tránsito fluido del balón por el centro. La clave estaba en lo que pudieran profundizar por los costados. Con lo trabado del juego, las bandas también fueron campo fuerte de batalla, terreno de nadie. Muy pocas oportunidades de gol en la primera parte. Finalizando precisamente el primer tiempo, un gran pase largo de Kareem McLean para Dave Myrie, que corría a la espalda de José Brenes, quién la prendió de pierna derecha entrando al área para una gran anotación. Los limonenses gustan de este tipo de jugadas aprovechando la velocidad y fuerza de sus jugadores para sacar ventaja. Tanto McLean como Pinnock tienen buena técnica para colocar ese tipo de pases en un juego muy vertical.
Para la complementaria, Juan Diego Quesada hizo sus variantes. Ingresaron los zurdos, pobló el medio campo y lanzó a Windell Gabriels como único hombre en punta (Díaz salió de cambio). La universidad se adueñó del balón y tuvo profundidad por los costados. Las figuras de Harris y Allen se hicieron importantes. Limón no se complicó para defender. El ingreso de Kendall Wilson le dio un respiro en ofensiva para retener la pelota en posiciones adelantadas.
Como conclusión podríamos decir que fue un partido para el típico empate. Con lo trabado en el medio campo la ventaja la sacó el equipo limonense con un juego directo que tanto daño le hace a la UCR. Fue poco vistoso con los dos equipos bien referenciados en las marcas. Con respecto a la universidad y el tipo de juego que quieren practicar ciertamente necesitan un poco más de protagonismo de sus individualidades e intensidad en favor de lo colectivo. Siguen con problemas defensivos que los aquejó el torneo anterior.
Partido jugado el domingo pasado. Este análisis por diferentes motivos no se publicó a tiempo pero a manera de archivo, es importante mantener esta información presente. Las disculpas del caso.
Roy Myers puso un planteamiento similar al que utilizó en la final. Su estilo de juego es el 3-5-2. La diferencia estuvo en los nombres. La incorporación de Sirias le va a dar mucha amplitud por la izquierda. Por derecha las cosas no están tan claras ofensivamente. Ricardo Blanco se está desarrollando. Hay que esperar su evolución. El otro cambio importante es la ausencia de Barrantes que emigró al fútbol noruego. Aparece Paniagua. La diferencia tiene sus repercusiones con respecto a la salida que aportan uno u otro, tal vez Paniagua es más defensivo, esta temporada deberá aportar mucho más. La pareja Guzmán – Paniagua será posiblemente la titular.
En este partido el aporte de Sirias en la ofensiva no fue el esperado. Estuvo muy ocupado en responsabilidades defensivas como para dejar su puesto y subir más allá del medio campo. Aquí tiene mucho que ver los tres centrales que utiliza Myers. Álvaro Sánchez se abrió por derecha como es lo normal para abrir una defensa que al final de cuentas se conforma por cinco jugadores. Pero el asunto no termina ahí, el problema surge cuando el lateral Mora sube, dobletean a Sirias, obligando a uno de los centrales a salir de su posición. Es ahí donde se generan los espacios por el centro. No es una buena distribución de marcación zonal un 3-5-2 contra un 4-3-3. San Carlos formó con una especie de 4-3-3 con un solo delantero en punta, Solís, marcado por tres centrales saprissistas. Un jugador libre en defensa es un jugador rival libre en otra parte del campo.
Daniel Casas en los partidos de pretemporada se ha decidido por el 4-3-3. Tomando como referencia la final del torneo anterior, se parece más al del partido de vuelta en el Saprissa que al de ida. Dos mediocentros + un jugador más libre delante de ellos. En situaciones normales ataca con 4 y defiende con 6. Russell y Sánchez cambian posiciones. Uno va a quedar en la banda y otro de enganche.
La situación del partido dejaba a Centeno jugando a la espalda de los dos mediocentros. Eran situaciones de 2 v 3 cada vez que Saprissa atacaba porque San Carlos no retrocedía con suficiente velocidad como para que Russell o Sánchez toparan a Guzmán o Paniagua. San Carlos presionaba arriba pero no fue efectiva. Esto creó confusión en las marcas por el centro del campo. Sánchez debía retroceder para cubrir a Centeno cuando este se movía hacia la izquierda, anulando gran parte de sus participaciones en ofensiva. Saprissa tuvo las mejores ocasiones para abrir el marcador pero fueron incapaces de hacerlo. Prácticamente en la última jugada del primer tiempo llegó el gol o autogol, con el tiro de esquina de Sánchez que se le escapa de las manos a Fausto González.
Con el marcador en contra, Roy Myers realiza un movimiento que cambió el ritmo del partido. Saca a Guzmán e ingresa a Allan Alemán. Con esto perdió el 2 v 3 que tenía en el medio, quedando solamente con Paniagua en la contención. Casas también realizó un cambio, metiendo a Carlos Acosta por Geiner Segura. Un cambio posición por posición pero buscando un mejor ritmo defensivo, ya que Segura se había visto superado aunque gran parte debido a la desventaja numérica que comentamos anteriormente. Con esto San Carlos logró tomar mejor las marcas por el centro y adicionalmente Russell comenzó a tener mayores libertades. Prefería moverse hacia la izquierda combinando con Vargas, complicando muchísimo a Ricardo Blanco y obligando a Alemán a retroceder. San Carlos recuperó la posesión del balón y generaron ocasiones de gol como para ampliar la ventaja.
También llegó la expulsión de Blanco. Saprissa cambió a 4-3-2 con Robinson de lateral derecho. Parece extraño pero Saprissa se vio mejo parado defensivamente con esta formación. Robinson se sumaba al ataque al igual que Sirias (aunque luego fue cambiado por Valladares). San Carlos comenzó a entrar en nerviosismos y dudas, sin lograr responder al contragolpe contra una defensa que ya estaba con mucho más riesgos. Casas lanzó su último cartucho ingresando a Gustavo Murillo, posiblemente con la idea de referenciar a Alemán, ya que este estaba complicando a Portuguéz cuando se juntaba con Robinson por derecha. Ciertamente el cambio fue efectivo. Saprissa aún con el esfuerzo final no pudo vencer la meta de Donny Grant.
En conclusión Saprissa está falto de ritmo. Continúa con el 3-5-2 del torneo anterior aunque no descarto que esto cambie. Se tiene que acostumbrar al mediocampo sin Barrantes. Se viene el clásico, el partido que pesa en las opiniones de los aficionados. Tal vez perder contra los toros de visita no le genera drama pero perder contra Alajuelense si encenderá las alarmas. San Carlos fue ambicioso aunque no tan efectivo en el primer tiempo pero en el segundo aprovechó su ventaja por el centro para hacer mucho daño y recuperar el balón. Tal vez no es tan fuerte en la estocada final del último cuarto de cancha pero el medio campo es fuerte tanto en ofensiva como en defensiva.
El macho Mora sigue probando un esquema con un único delantero. Leandrinho ya se ha sumado al equipo pero de momento el esquema ha dejado buenos dividendos. Hasta la expulsión de Palma las cosas lucían bien para la LDA. Johnny Chávez eligió un 4-4-2 muy característico de sus planteamientos. Esta formación resulta tener buenas opciones al ser utilizada para jugar al contragolpe siempre y cuando se manejen bien las zonas de presión. Cartago tuvo problemas para mantener las líneas más compactas en dos cuartos de cancha, tendiendo a retroceder muchos metros metiendo muchos hombres en el área. Esto evidentemente complica poder conectar algún centro pero expuso libertades frente al área.
Alajuelense tenía superioridad numérica por el centro, con Guzmán jugando por delante de la defensa en un 4-1-4-1. Delante de él aparecían Oviedo y Calvo. Este muchacho que luce la camiseta 9 presentó características interesantes con respecto a su polifuncionalidad que fueron aprovechadas después de la expulsión. Camacho jugando en punta y Ureña y Argenis Fernández apareciendo desde los costados. Claro que la expulsión de Palma fue muy tempranera pero la estructura alajuelense no fue modificada drásticamente no así en los nombres. Porque Guzmán se movió hacia la defensa, retrocediendo a Calvo delante de la última línea y dejando a Oviedo de enganche. Al frente quedaban tres jugadores completando un 4-1-3-1. La superioridad numérica por el centro se mantenía con situaciones de 3 v 2 cuando Ureña o Argenis se mueven hacia el centro. Suponemos que Gabas ocupará el lugar de Calvo y Guzmán mantendrá esa zona de contención pero en general los conceptos parecen estar muy claros en la mente de Oscar Ramírez en cuanto al estilo que desea aplicar en el medio campo.
Cartago no supo aprovechar ese hombre de más. Cuando tenía que adelantar líneas y adueñarse de la posesión no fueron contundentes. Ya vimos en el mundial que el 4-4-2 no resulta tan efectivo para esto ya que se dejan muchos espacios detrás de la línea media por lo que los jugadores cartagineses siempre mantuvieron una mentalidad defensiva, principalmente Oscar Granados. Llegó también la expulsión del defensor Basso y la ventaja del hombre de más se esfumó.
En el segundo tiempo Johnny Acosta hizo su ingreso por Argenis Fernández. Guzmán regresaba a la contención y Calvo a ocupar el lado izquierdo. La posesión continuaba siendo de ellos y jugando con una línea defensiva adelantada lograban recuperar el balón en campo contrario con facilidad. Precisamente un error en salida de Cartago propicia que Ureña aprovechara el espacio en velocidad para poner un centro por bajo mal rechazado por el portero Luis Torres para la anotación posterior de Cristian Oviedo.
El segundo gol puso en evidencia la falta de presión en la zona frente al área, retrocediendo hasta arrinconarse dentro del área que dieron el espacio y tiempo necesario para que Juan Gabriel Guzmán acomodara su cuerpo para lanzar un potente disparo a media altura al palo izquierdo de Luis Torres que nada pudo hacer.
Es interesante lo que pueda resultar de este medio campo Alajuelense. Ramírez apuesta por la técnica y la posesión del balón. Menos juego directo, ataques más elaborados. El partido estuvo condicionado por las expulsiones pero los manudos mantuvieron sus ideas. Empiezan el torneo con buen nivel físico. Es temprano para hablar de consolidación pero se nota que se está cocinando algo interesante en Alajuela. Hay que ver como evoluciona contra rivales en mejor nivel.
Cartago empieza el torneo con falta de intensidad. Es un equipo acostumbrado a defender y ese debe ser su fuerte. Este equipo va a ser complicado de vencer conforme avancen las fechas pero su inicio fue pobre. No hay que dramatizar y dejar que Johnny Chávez haga su trabajo. Hay conceptos nuevos que llegan al equipo y no es sencillo encontrar los automatismos. Ojo que los equipos de Chávez tienden a levantar al final.