La naranja mecánica necesitó solamente de una genialidad de Robben y un descuido de los centrales eslovacos que se quedaron reclamando una falta, para pasar a cuartos de final de la Copa de Mundo. Robben participó en su primer partido como titular en la presente competición, cumpliendo con las expectativas pero sin llegar a desgastarse más de la cuenta. El 4-2-3-1 de Holanda depende de lo que hagan sus carrileros, lo que hace particularmente clave lo que haga Arjen. Eslovaquia no presentó mucha resistencia, al menos durante el primer tiempo, en donde descuidaron la banda izquierda dejando a Zabavnik muy expuesto con Robben, Jendrisek ciertamente no bajaba para ayudar a la cobertura, por lo que uno de los centrales debía salir siempre de su zona para marcar.
Tal vez Vladimir Weiss simplemente no se preocupó demasiado con tener una doble marcación sobre Robben y dejar que su equipo se desenvolviera como lo había venido haciendo, de la misma forma que eliminaron a Italia. Salió con el 4-2-3-1 que usó contra los azzuri pero ligeramente más ofensivo. Le hizo también un espacio a su hijo Vladimir Weiss Jr, tal vez pensando que con dos jugadores por la banda pudieran mantener a Robben más ocupado defendiendo. Pero ahí siempre estuvo Van Bommel. Robben estaba liberado de responsabilidades defensivas. Si hubo más precausiones sobre Sneijder con la marcación de Kucka. Wesley debió siempre moverse hacia la izquierda para buscar espacios. Miroslav Stoch tuvo posiblemente su mejor participación del torneo, en el segundo tiempo se hizo una chance muy buena para anotar pero el arquero Stekelenburg estuvo atento para enviar el balón a tiro de esquina.
El segundo gol holandés es un descuido de la defensa que se quedó reclamando una falta muy cerca de la línea media. Gio Van Bronckhorst cobró muy rápido con un pase largo al movimiento de Kuyt, que controló a pelota en el área con el error de Mucha, tocando por bajo a la llegada por el centro de Sneijder.
El goleador Vittek tuvo dos ocasiones clarísimas para anotar producto del descuido de la última línea holandesa, la parte con más inconsistencias de los naranjas, pero nuevamente Stekelenburg fue protagonista. Al final, el mismo arquero naranja cometió una falta de penal que fue transformado en gol por Vittek, empatando la tabla con Higuaín en 4 anotaciones.
Evidentemente aún ninguna selección ha llegado a inquietar lo suficiente al equipo de Bert Van Marwijk, que lleva una marca perfecta de cuatro partidos ganandos. Ya sea Chile o Brasil el rival que enfrenten en cuartos de final, será el verdadero examen de la Oranje.