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Si alguien tenía duda de que los aficionados meten presión, hay que ver los primeros minutos del juego. No tanto por el pánico que pudieran sentir los visitantes, pero con el ánimo y las ansias bien canalizadas hacia la presión en ataque.

Estados Unidos debía improvisar un poco en los laterales defensivos. Por la izquierda, Beasley volvió a ser titular en esa posición, mientras que por la derecha, Wynne hizo pareja con Onyewu. En el doble pivote, Bradley y Mastroeni. Por los costados Dempsey y Torres. Donovan como comodín jugando más libre y en punta Jozy Altidore. La posición de Donovan fue interesante, ya que pensaba que podía moverse detrás de Altidore, pero por el contrario se fue con uno de los centrales ticos.

En el medio campo, la barrera era casi impasable con la pareja de doble pivote gringo, además de la colaboración de Torres, complicaron siempre la salida sobre Centeno y Borges, por lo que Kenton sabía muy bien que debía abrir la cancha y combinar por los costados. La presión debía ser sobre Wynne y Beasley. Estados Unidos es un equipo muy ordenando y la pareja Bradley-Mastroeni nunca salieron de posición para cubrir los costados. El trabajo de colaboración con los laterales lo hacían Torres y Dempsey.

¡Como cambia el gol en el ánimo y en lo táctico! porque la anotación tempranera dispara la confianza en los ticos, mientras los visitantes sienten que el partido se comienza a complicar. Un gol de camerino como llaman algunos.
Los encargados de cubrir la parte derecha norteamericana se vieron obligados a emplearse al máximo. Primero Estados Unidos no tenia salida por ese sector, mientras que Sirias, Ruiz y Díaz se aprovechaban de la lentitud de Wynne y Onywu (que sacrifican su velocidad por la fuerza) para hacer daño con velocidad, pase en corto y triangulaciones. El segundo gol es una de las mejores jugadas elaboradas por los nuestros durante toda la eliminatoria, y para embellecer más, con el toque final apropiado, una buena definición por parte de Celso. La salida rápida por las bandas, con juego sencillo y con precisión en los pases fue el punto más alto de los costarricenses. Aun con el marcador en contra y con una repasada por parte de la ofensiva tica, los estadounidenses lejos de cambiar su esquema, siguieron aguantando los embistes en la última línea. La marcación de ellos no es personal sino por zona y en esto hay que resaltar el orden a pesar de los problemas que tuvieron.

Teniendo ya el marcador en contra con un dos a cero, los de Bob Bradley no pudieron mantener el control de pelota, imposibilitando aún más una respuesta por parte de ellos. Un Landon Donovan aislado, Clint Dempsey desenchufado y un Jozy Altidore ahogado por la marca de la línea defensiva costarricense. Por el lado izquierdo gringo, Torres estaba más preocupado por las subidas de Herron y Wallace que por atacar. De hecho el primer cambio de Bradley fue ingresar a Kljestan por la derecha, y mandar a Dempsey al sector izquierdo donde estaba Torres.
El segundo tiempo fue de más control por parte de Costa Rica, mientras Estados Unidos buscaba descontar en el marcador. Con lapsos de juego mucho mas cortados y avances fallidos por parte de los dos equipos. La gran realidad es que los norteamericanos nunca llegaron a inquietar verdaderamente a los costarricenses, en virtud del buen trabajo defensivo. También los nacionales buscaron hacer daño en contragolpe, probando el repliegue defensivo de ellos ante el adelantamiento de líneas. El gol de Pablo Herrera es una gran combinación por este medio.

Este es un deporte de detalles y hay que resaltar también el trabajo de Saborío. No solamente en la parte ofensiva donde fue evidente su buen desempeño. Tambien hay que destacar su colaboración en las jugadas a balón parado de USA, donde se sabe que ellos son bien fuertes. Saborío siempre estuve encima de Onyewu, y prácticamente mientras Álvaro estuvo en el terreno de juego, Estados Unidos no logró ganar un solo balón por arriba. Luego del cambio de Saborío por Hernández, USA siguió teniendo chanches de descontar por medio de jugadas en táctica fija, algunos provenientes de dudosas faltas marcadas por el referí. Ahí comenzaron a ganar balones en el área que por suerte no hicieron daño. Pero Díaz fue el encargado de retomar la marca sobre Onyewu y precisamente es Junior el que comente el penal sobre el Oguchi, luego que se le complicara la marcación. Detalles. Saborío y Onyewu ya se conocían bien desde el anterior partido eliminatorio, por lo que el duelo fue bastante fuerte. Recordemos que en aquella ocasión, Saborío le gana la posición en una jugada con pase a profundidad, define de derecha aun con la marca encima, y luego del rebote de Tim Howard, Wanchope metía el primer gol. Me parece que esta vez Saborío volvió a ganarle la batalla a su rival.

Comparando el bache que tuvo la selección en la doble jornada ante México y contra El Salvador, el día de ayer Rodrigo Kenton y sus seleccionados lograron mejorar considerablemente en los errores cometidos y las limitaciones en salida, superando no solo las expectativas sino también el rendimiento general mucho más acorde con la táctica y planteamiento de juego que pretende el estratega. Es el primer partido donde de verdad se puede estar conforme con el resultado. Pero la eliminatoria es larga y a su vez tan corta para que en un partido las aspiraciones se compliquen. En Trinidad y Tobago veremos si mantienen el buen rendimiento. El nivel de exigencia no baja de un partido a otro en este momento. Con un resultado positivo en la isla de Tobago, Costa Rica tendrá medio boleto asegurado. Yes we can!