El fútbol mostró esta vez su parte más humana. Los héroes, los villanos, el dramatismo, el desconsuelo, la euforia. Tantos aspectos que nos recuerdan por qué este deporte despierta tantas pasiones. A criterio personal es el cierre más fuerte emocionalmente que recuerdo en un partido de copas del mundo, el cual difícilmente podré olvidar, al igual que muchos de ustedes. El partido se fue llenando de momentos importantes y situaciones que terminaron de explotar al final de los tiempos extra como volcán en erupción.
A nivel táctico el estudio de los dos equipos fue minucioso. Forlán muy cerca de Suárez y Cavani por el costado izquierdo en un 4-4-2 que puso Tabarez. Fernández se sumaba hacia el medio para no perder numéricamente. Ghana con 4-2-3-1 que fue exitoso frente a Estados Unidos. Al inicio Kwadwo Asamoah era el hombre detrás de Gyan y Kevin Prince Boateng al lado de Annan. Cerca de los 20 minutos cambiaron posicionamientos y con esto Rajevac me parece tuvo un acierto. Ghana tenía un 3v2 por el centro que Asamoah no estaba aprovechando y por eso decide darle la oportunidad a Boateng para que tome el mando. Me parece que no desentonó y aprovechó los espacios, llegando por izquierda y por derecha, poniéndole intensidad y verticalidad al juego africano. La baja de Ayew se sintió con respecto a la amplitud y profundidad del juego de Ghana. Inkoom no pudo sacar ventaja en la individual.
A Uruguay le cuesta mucho mantener la posesión del balón cuando Forlán juega tan arriba y sin un Lodeiro o González que cumpla esa función. Estos dos han tenido minutos, principalmente Lodeiro en los últimos partidos, pero no ha conseguido el protagonismo esperado.
El dominio de Ghana se estaba dando, no de manera contundente, pero superaban en velocidad y fuerza. No hubo tantas opciones de gol en el primer tiempo pero al 45 +2 llegó el gol de Muntari que cambiaba las cosas. Uruguay propuso un poco más en la complementaria que a los 10 minutos de iniciar consiguió el empate en un tiro libre de Forlán, con un mal movimiento del arquero Kingson. El partido se fue tornando más abierto con menos trabas por el centro del campo. Entró Abreu y Lodeiro. También Appiah. Poco a poco Uruguay se fue quedando y Ghana tuvo las mejores oportunidades. Todavía más en el tiempo extra.
En el último suspiro llegó la jugada polémica. Sin duda una que será recordada por siempre. Las manos de Luis Suárez en la línea para impedir el gol. Expulsión y penal. Villano. La responsabilidad de Gyan en el penal más importante de su carrera y la pelota que caprichosamente que pega en el horizontal. Villano. Suárez Héroe.
Sin embargo para cualquiera hubiera significado el fin, pero no para Gyan. Valientemente tomó la pelota de primero en la tanda de penales y la metió en el ángulo. Pero la suerte ya estaba echada. Como bien lo dijo Tabarez al final del juego, Uruguay jugó mal pero por alguna razón ganó. Algo tiene este equipo sudamericano para haber llegado a este punto. Puede ser la garra. Los malos cobros de los ghaneses. La desilusión y desconsuelo. La euforia y alegría desatada. Todas las redes sociales al borde de capacidad y el planeta futbolístico que aún sigue comentando y debatiendo sobre lo ocurrido. Algunos lo llaman el partido del nuevo siglo.
No podemos ser ingratos con una selección de Ghana que lo dio todo y tampoco menospreciar el trabajo de los uruguayos que jamás se dan por vencidos. Justicia o no, merecimiento o no, Uruguay consiguió de alguna forma su pase a semifinales.
