Mientras en el país se respiraba patriotismo, y la antorcha de la independencia se preparaba para marchar, como lo hace desde 188 años, otra marcha se orquestaba en San Antonio de Belén, para destituir a Rodrigo Kenton.
El futbol no se trata de justicia. El futbol es de victorias y derrotas. Las pérdidas acompañaron a la selección en los últimos 3 partidos eliminatorios y se acabó todo lo bueno que se había hecho. Nadie recuerda a los segundos lugares. El futbol también carece de memoria, regalo preciado de los dioses. Con Rodrigo Kenton la selección rompió varios records. Nadie tocará mas ese tema hasta que otra selección logre romper esas cifras.
Rodrigo Kenton, un hombre de conceptos y trabajo, ya una vez salió por la puerta de atrás de otro equipo, la LDA, en donde nunca le dieron la oportunidad de dirigir al primer equipo. Siempre tratado como interino. Se le recuerda su parte en la selección sub-23 que participó en Antenas 2004, pero poco después fue desechado de la Fedefútbol. Le dieron la oportunidad en Guatemala con la sub-20 y sub-23. Por poco logra la hazaña. Después de que en Costa Rica una y otra vez le dieron la espalda, aceptó la tarea de dirigir a la selección Mayor, que se encontraba en uno de sus peores momentos de los últimos 10 años. De pronto hizo olvidar el mal momento, hizo olvidar la baja calidad de los jugadores. Ya nadie hablaba del cambio generacional. Ahora éramos los mejores del área, favoritos en Copa Oro y posiblemente clasificados al mundial. Costa Rica tenía un estilo de juego definido, una columna vertebral y una mentalidad ganadora.
A partir de la derrota en Honduras, en donde Kenton aceptó haberse equivocado tácticamente, al querer jugar de tú a tú en San Pedro Sula, cuando los catrachos eran inmensamente superiores en todos los aspectos. Pero para la prensa la selección siempre pierde por mala y no por acierto del rival. El orgullo tico nos impide ver más allá de nuestras virtudes. Tal vez Rodrigo pecó en aquello que dicen de que la táctica depende de los jugadores y no al contrario. Tal vez confió demasiado en las capacidades de sus muchachos. A partir de ahí, la presión cayó sobre Kenton y los jugadores. Todos decían saber las causas de la derrota pero ninguno propuso soluciones. Cuando se trata de sacar agua del bote, la mayoría prefiere saltar al mar.
La prensa se atreve a decir que faltó liderazgo en Rodrigo Kenton al ceder ante la presión de los medios por jugadores que no pasaban por buen rendimiento. Es decir, que Kenton debía aceptar que los jugadores no debían ser titulares, y que él era testarudo en llamarlos, pero a su vez darles la confianza y hacerlos jugar, porque es su estilo, son la alineación regular y no le teme a las críticas de la prensa. No tiene sentido. Obviamente hay gente que siempre cree tener la razón. Aseguran que hay división del grupo por unas simples declaraciones de federativos. Y la gente lo cree y a lo interno del grupo esas cosas tienden a generar murmullos.
En el partido contra México, se decía que la actitud era de una final. Y se jugó como tal. Un equipo fue claro vencedor con merecimiento. Pero para muchos, siempre se pierde por malos. El planteamiento de Costa Rica fue igual al que presentó contra el mismo rival en la Copa de Oro. Claramente el resultado fue muy distinto. Alguien aprendió más las lecciones que el otro. Se dice que Kenton nunca debatió sobre sus ideas. Tampoco tiene la obligación de hacerlo. ¿Alguna vez han visto a Guardiola o Mourinho debatiendo con un periodista sobre tácticas en público?
Somos los mejores en las victorias y los peores en las derrotas. Son las dos caras del teatro que cambian más rápido de lo que se piensa. Mientras escribo estas líneas, llevamos pocas horas de que han nombrado al nuevo técnico de nuestra selección, René Rodrigues Simões del cual ya habrá tiempo para comentar más adelante.
Para el próximo partido contra T&T, los fantasmas volverán a aparecer y muchos debatirán si Kenton era o no el problema. La afición por una u otra razón apoyaba la continuidad de Rodrigo. La pelota volverá a rodar pero posiblemente nunca veremos a un entrenador más comprometido y dedicado en su trabajo como él.