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Escribía hace unos días que me había parecido que los liberianos habían salido con una tímida sonrisa del partido, talvez sarcástica, a sabiendas que habían logrado sacar el resultado que buscaron en casa, y también, que habían tenido suerte ante las oportunidades que desaprovechó su rival. A partir de ahí, tenían perfectamente claro como ganar el partido de vuelta.

El técnico con cara de buen tipo, Allain Gay Hardy, les dio una lección táctica a varios de los mejores equipos del país. Su sistema defensivo pero muy dinámico tuvo el mayor de los éxitos durante este verano. También hay que recordar que muchas veces se tienen las ideas pero no los recursos. Aquí Liberia logró reunir los jugadores necesarios.
El planteamiento fue básicamente el mismo, con un 5-4-1 que deja a tres centrales bien definidos, con Wallace, Umaña y Salazar, dos laterales, González y Guevara. Aquí es importante que dependiendo de las circunstancias del juego puede pasar a línea de 4 y subir a Guevara al medio como extremo derecho. Por el centro triple pivoteo, esta vez con Willy Eras, siempre presente, junto a Júnior Ramírez y Walter Chévez. Por la izquierda Esteban Sirias y como único hombre en punta, Minor Díaz.

El punto clave era hacer daño por el sector izquierdo, pero ante las rápidas salidas en contragolpe, encontraron también camino por la derecha. Muchas veces los ataques empezaron por la derecha y con veloces diagonales lograron cambiar de lado con balón dominado o con pase largo. De esta forma evitaban transitar por los puntos más fuertes de herediano. Por este medio lograron anotar. De igual forma el apoyo de la segunda línea fue fundamental, acompañando las subidas por los costados y cuando el delantero recibe de espalda. Así también tuvieron éxito, en la jugada del penal y en el segundo gol. Los jugadores heredianos nunca pudieron detener los ataques visitantes.

Ronald Mora sabía muy bien que por el lado derecho había un portillo muy amplio donde debía reforzar. Su decisión fue sacrificar un hombre en punta como Furtado, para poner a Cunningham como extremo derecho, que colaborara con las coberturas de Félix Montoya. Ante la desventaja en velocidad de Montoya frente a Sirias, Cunnigham era una propuesta interesante. Sin embargo los problemas continuaron por ahí, haciendo salir de posición en constantes ocasiones tanto a Montoya como a Robert Arias. Por el otro costado, Rojas y Marshall estuvieron más aplicados, pero siempre defendiendo en el último cuarto de cancha, ya que herediano no logró presionar la salida en contragolpe por ese carril. Podríamos decir que para conseguir esto se necesitaba más unión entre líneas. Se dice que la mejor manera de defender es atacar y así lo decide Mora, quien manda a Furtado a la cancha, para cambiar la ultima línea a 4 hombres. Pero ante la impotencia de realizar ataques certeros, los espacios que se debían cubrir para el repliegue fueron muchos signos de pregunta, ante la confusión que causaban los rápidos contragolpes iniciados casi siempre por la derecha liberiana y finalizados por la izquierda. La línea de cuatro herediana al final pagaba los platos rotos en el último cuarto de cancha.

Falto intensidad, frialdad y dinamismo al planteamiento herediano, los jugadores mentalmente no lograron meterse en el juego, y pagaron con el precio más alto sus deficiencias.
Muchas variantes y circunstancias tiene el fútbol como para resumir las causas del resultado global de dos partidos, sin embargo se sacan pequeñas conclusiones que al final fueron inclinando la balanza del que mejor hizo las cosas. Sin meterme en enredos legales con la polémica del TRICOA, Liberia Mía es el justo campeón por superar a sus rivales en la cancha. Mario Sotela ha conseguido levantar a este equipo, con algunos métodos un poco cuestionables talvez, pero el fútbol también es un negocio en donde los más inteligentes y audaces sacan provecho. “Hate the player, not the game”. Esta claro que también hace falta mucho más orden en la organización del fútbol en nuestro país.