Foto: Aldia.co.cr
Una jugada decidió el partido. Pivoteo de Alejandro Sequeira al borde del área, el balón que pasa entre Marín y Clark, Martínez les roba la espalda y define magistralmente al segundo palo. Pero hay mucho más por analizar.
Alajuelense dominó la posesión del balón. Jugó como si estuviera en el Morera Soto transitando la pelota pie a pie hasta medio campo, abriendo la cancha y buscando los espacios. Saprissa se arrinconó en su propio terreno. Por momentos los morados lo pasaron mal. Alajuelense sacaba ventaja en velocidad y en el uno contra uno.
Una vez que los locales tomaron la pelota, únicamente tenían un objetivo, el marco rival. Juego completamente vertical. Centeno pasó desapercibido, la velocidad de ese juego directo no es para él y se dedicó a atraer marcas. Pases largos a las espaldas de los centrales alajuelenses fue la constante cada vez que hombres como Barrantes, Douglas Sequeira, Victor Cordero, Fernando Paniagua y Wálter Centeno tomaban el esférico. De un balón largo lanzado por Barrantes llega la anotación. Saprissa evitó transitar por el medio campo.
Los manudos carecieron de la pegada final. Peso en el área. Ureña no estuvo en su día, le faltó picardía, frialdad y tranquilidad. Jean Carlos Solórzano fue incisivo en ataque chocando con los centrales morados. No tuvo ninguna oportunidad clara para definir. Los cambios llegaron con Argenis aportando profundidad y amplitud por la izquierda. Faltó finalización en medio del repliego de los locales.
Saprissa vuelve al liderato general y de su grupo. Al final del partido Luis Roberto Sibaja no dio declaraciones, síntoma de malestar. Una de las cosas que más admiro de Guardiola es que no huye de las conferencias de prensa, ni de los temas complicados en la victoria y en la derrota. Asume las responsabilidades y no sale con frases trilladas. Alajuelense jugó bien, no era para esconderse. Hablar de fútbol nunca está de más.
Posiblemente el sábado 03 de abril, estos dos equipos se vuelvan a ver las caras en el Morera Soto.