El fútbol es un estado de ánimo. Dijo Valdano una vez. Frase trillada. Saprissa salió a jugar con ese estado. Sabía que el León estaba herido y saldría con todo. Es ímpetu haría que cayeran en decisiones erróneas por la ansiedad. Aplicar experiencia.
El partido fue muy intenso en los primeros minutos. Ese ritmo de ida y vuelta no era conveniente para los morados. Decidieron achicar la cancha. Un 3-5-2 con triángulo en el centro, formado por Barrantes, Paniagua y Centeno de enganche. Alajuelense aplicó muchas faltas tácticas en el medio campo para evitar esos contragolpes, ese juego directo, esos balones largos que los afectaron en el clásico pasado. Saprissa no profundizó. Sus hombres por los extremos no subieron más allá de la línea horizontal del área rival. La opción elegida siempre fue el remate de larga distancia. Abusando de ello. El partido entró en coma mientras los manudos esperaban que su rival saliera de su campo para buscar los espacios arriba. Ellos se mantuvieron resguardados.
Llegó el segundo tiempo y Alajuelense presionó más arriba. Saprissa siempre se tiraba atrás sin mayor respuesta ofensiva. Juego por delante de la línea de presión sin sobrepasarla. Los centrales morados no tienen salida, pero la presión no fue sobre ellos, sino sombre los hombres referenciados en el medio, Barrantes, Paniagua y Centeno. Cuando estos retrocedieron para tomar la pelota en salida, Alajuela achicó espacios y recuperó el balón en propio campo contrario. Con mucho menos metros por delante para liquidar en cambio de ritmo por velocidad. Así llegó el gol con el error en la salida de Saprissa. Los tibaseños jugaron con fuego y pagaron su error. Anticipamos el mediocampo asímetrico de la LDA con la incorporación de Oviedo. Básicamente en 4-4-2 con las variantes anteriormente mencionadas. Así funcionó muy bien principalmente en la parte complementaria sorprendiendo la zaga morada en los movimientos. Los cambios en ofensiva rojinegra fueron hombre por hombre, Marco Ureña por Camacho y Argenis Fernández por Solórzano. Aunque el segundo cambio fue condicionado, la apuesta siempre fue la velocidad.
El parón del partido por los incidentes contribuyó a reorganizar la estrategia visitante, ya que anímicamente alajuelense estaba pasando por encima. Al final fue demasiado tarde la reacción del Saprissa, menos fructífera. Lo más cerca fue un remate de tiro libre de Centeno que contuvo la respiración de todos.
El balance de los dos clásicos deja un saldo muy parejo. Sin embargo la apuesta ofensiva de Alajuelense tiende a gustar más. Saprissa necesita ser más irreverente en ofensiva. El aficionado no solo pide victorias sino juego en conjunto. El mal que aqueja Saprissa desde temporadas atrás.
El cambio generacional, ese del que se habla desde el mundial de Alemania 2006, es algo que no solo tiene que darse, sino que se está dando. Todo gracias a una generación de futbolistas que hizo historia en el pasado mundial sub-20. El ultimo clásico entre el Deportivo Saprissa y la Liga Deportiva Alajuelense es una muestra de algo bueno que se vislumbra.
Sin embargo alguien tenía que dar un golpe en la mesa, y la mejor participación de una selección juvenil a nivel internacional ha sido una prueba contundente de que invertir en liga menor no solo es rentable sino que es la base para un equipo y un país que quiere dar pasos hacia adelante.
Ni David Guzmán, Diego Estrada y Marco Ureña la ha tenido fácil para ganarse un campo en el primer equipo. Sus aportes eran promisorios pero les faltaba confianza. Luego de su paso por Egipto las cosas han cambiado drásticamente y ahora no solo tienen el apoyo de la afición y el club, sino que también empiezan a asumir responsabilidades. Y no parece que les quede grande la camiseta.
El ritmo que se vio este miércoles fue muy distinto al de pasados partidos. Ida y vuelta, juego rápido, transiciones pie a pie fueron aunque por ráfagas, muy evidentes durante el juego. Más allá de las polémicas arbitrales, estos tres jugadores tomaron las riendas de sus respectivos equipos para conducir los movimientos.
Guzmán participó como volante mixto, más retrasado ante la falta de un hombre que diera la salida al Saprissa. La ausencia desde el inicio de Barrantes complicó las cosas, ni que decir de Walter Centeno que no vio acción por lesión. Sin embargo no aflojó en las marcas y pisó el área rival en varias ocasiones, con remates de media y larga distancia. Además ya se perfile como hombre encargado de las jugadas a balón parado que ya ha rendido frutos con la selección y ahora con su equipo.
Hubiera sido mucho mejor si Esteban Alvarado entraba de cambio por Navas (lesión lumbar en un choque con su compañero Robinson), incluso donde pudo tener el chance de atajar un penal contra un viejo conocido de la selección juvenil. Ni que decir de Josué Martínez que esperaba ansioso en el banquillo tener participación. Sabiendo que Jairo Arrieta no logra acoplarse, Martínez merece el chance de protagonismo. Pero los DT tiene su propia libreta y Myers prefirió realizar otras variantes.
Marco Ureña deseaba tener su oportunidad de brillar, ya que el pasado clásico donde no pudo jugar por la participación en el mundial sub-20. Sin duda fue el jugador clave ya que desequilibró a toda la última línea morada con su velocidad y buen entendimiento con sus compañeros. Ahí entra en escena la participación de Estrada, que tuvo un juego mucho más aplomado y con menos retención de balón, dando fluidez al juego alajuelense. No solamente dio pases de primera intención y a las espaldas de los defensas, sino que convirtió un gol de penal ejecutado de gran manera. No podemos dejar por fuera a Argenis Fernández, que aunque no pertenece a esa generación sub-20, tiene 22 años y es pieza clave en el accionar rojinegro.
Solo dos seleccionados del último partido frente a Uruguay estuvieron en la cancha del Ricardo Saprissa (Navas en Saprissa y Marín en Alajuela). Algo poco visto en los últimos años en donde estos dos equipos eran la base de la selección. Esto dice mucho del momento por el pasan las dos escuadras.
Aunque el resultado favoreció a los manudos, en el partido en general dejó buenas sensaciones
en los aficionados y en la prensa. También hay un cambio de mentalidad.
Foto: Nacion.com
El cambio generacional, ese del que se habla desde el mundial de Alemania 2006, es algo que no solo tiene que darse, sino que se está dando. Todo gracias a una generación de futbolistas que hizo historia en el pasado mundial sub-20. El ultimo clásico entre el Deportivo Saprissa y la Liga Deportiva Alajuelense es una muestra de algo bueno que se vislumbra.
Sin embargo alguien tenía que dar un golpe en la mesa, y la mejor participación de una selección juvenil a nivel internacional ha sido una prueba contundente de que invertir en liga menor no solo es rentable sino que es la base para un equipo y un país que quiere dar pasos hacia adelante.
Ni David Guzmán, Diego Estrada y Marco Ureña la han tenido fácil para ganarse un campo en el primer equipo. Sus aportes eran promisorios pero les faltaba confianza. Luego de su paso por Egipto las cosas han cambiado drásticamente y ahora no solo tienen el apoyo de la afición y el club, sino que también empiezan a asumir responsabilidades. Y no parece que les quede grande la camiseta.
El ritmo que se vio este miércoles fue muy distinto al de pasados partidos. Ida y vuelta, juego rápido, transiciones pie a pie fueron aunque por ráfagas, muy evidentes durante el juego. Más allá de las polémicas arbitrales, estos tres jugadores tomaron las riendas de sus respectivos equipos para conducir los movimientos.
Guzmán participó como volante mixto, más retrasado ante la falta de un hombre que diera la salida al Saprissa. La ausencia desde el inicio de Barrantes complicó las cosas, ni que decir de Walter Centeno que no vio acción por lesión. Sin embargo no aflojó en las marcas y pisó el área rival en varias ocasiones, con remates de media y larga distancia. Además ya se perfile como hombre encargado de las jugadas a balón parado que ya ha rendido frutos con la selección y ahora con su equipo.
Hubiera sido mucho mejor si Esteban Alvarado entraba de cambio por Navas (lesión lumbar en un choque con su compañero Robinson), incluso donde pudo tener el chance de atajar un penal contra un viejo conocido de la selección juvenil. Ni que decir de Josué Martínez que esperaba ansioso en el banquillo tener participación. Sabiendo que Jairo Arrieta no logra acoplarse, Martínez merece el chance de protagonismo. Pero los DT tiene su propia libreta y Myers prefirió realizar otras variantes.
Marco Ureña deseaba tener su oportunidad de brillar, ya que el pasado clásico no pudo jugar por la participación en el mundial sub-20. Sin duda fue el jugador clave ya que desequilibró a toda la última línea morada con su velocidad y buen entendimiento con sus compañeros. Ahí entra en escena la participación de Estrada, que tuvo un juego mucho más aplomado y con menos retención de balón, dando fluidez al juego alajuelense. No solamente dio pases de primera intención y a las espaldas de los defensas, sino que convirtió un gol de penal ejecutado de gran manera. No podemos dejar por fuera a Argenis Fernández, que aunque no pertenece a esa generación sub-20, tiene 22 años y es pieza clave en el accionar rojinegro.
Solo dos seleccionados del último partido frente a Uruguay estuvieron en la cancha del Ricardo Saprissa (Navas en Saprissa y Marín en Alajuela). Algo poco visto en los últimos años en donde estos dos equipos eran la base de la selección. Esto dice mucho del momento por el pasan las dos escuadras.
Aunque el resultado favoreció a los manudos, en el partido en general dejó buenas sensaciones en los aficionados y en la prensa. También hay un cambio de mentalidad.