Claramente Eslovaquia era la favorita. El 4-3-3 abriendo la cancha por izquierda con Jendrisek y por derecha con Weiss. Tanto el hijo del técnico como Hamsik le dan salida al equipo por el medio, Strba más atrás resguardando. También es importante destacar que cuando Eslovaquia defiende, puede cambiar a 4-4-2. A pesar de ese favoritismo, no se vio reflejando sobre el terreno de juego, donde Nueva Zelanda sin complejos se anima a atacar generando mucho peligro en el juego aéreo. Lo avisaron durante todo el partido. Fallon en punta con Killen y Smeltz acompañando para formar un 3-4-3. Muy bien referenciadas las marcas en el medio campo. Muy juntas sus líneas y algo importante, las zonas de presión muy adelantadas.
La ausencia de Stoch en los eslovacos afectó en gran parte, ya que la profundidad por las bandas no fue la esperada. Ciertamente Jendrisek no pesó. Los delanteros Vittek y Sestak tuvieron movilidad pero carecieron de gol. El cabezazo de Vittek abrió la cuenta en el segundo tiempo. Después de ese gol, Eslovaquia no pisó el acelerador, no se metieron en el partido, el ritmo que requiere una Copa del Mundo. Al 90+2, pagaron caro esa falta de intensidad, cuando un centro desde la izquierda fue alcanzado por Reid para empatar un partido hitórico para los Kiwis.