Llegó el momento del debut de los equipos del grupo H. Precisamente La H enfrentó a Chile en el primer partido. Los sudamericanos en el papel claramente muy superiores a los centroamericanos. Esa superioridad se demostró sobre el terreno de juego, no así en el marcador.
Bielsa salió más cauteloso con un 4-3-3, tomando en cuenta la lesión del chupete Suazo el esquema en los hombres en punta debía cambiar. Valdivia fue colocado en la parte central de la ofensiva, más no fue un hombre en punta. Sus movimientos generaron espacios para la entrada en diagonal de Beausejour y Matías Fernández. Por derecha Chile mostró su ataque más fuerte, con las combinaciones entre Isla y Alexis Sánchez. Los dos jugadores del Udinese jugaron un partido extraordinario, a un nivel de intensidad muy superior a cualquiera de los equipos que han jugado hasta el momento en la Copa del Mundo. Con el ingreso de Jara, Bielsa cambia el esquema al tradicional 3-3-1-3 que tantos frutos le dio durante la eliminatoria. Este movimiento dio mucho más profundidad por los costados. Chile llegó una y otra vez por todos los flancos pero se notó la clara deficiencia para cerrar las jugadas, hizo falta ese goleador. El equipo espera a Suazo para suplir estas necesidades.
Los centroamericanos sabían perfectamente que no podían jugarle de tu-a-tu a Chile, por lo que lo lógico era agruparse en su propio campo. Reynaldo Rueda puso el tradicional 4-4-2, con mucho más precauciones. Dos líneas muy juntas y dos hombres para apuntar al contragolpe, es a lo que resignaron. Nunca pudieron tener control del balón y generaron muy poco peligro. Al final del partido lo intentaron con pelotazos pero tampoco llegaron a inquietar a los chilenos.