Prácticamente el sueño sudafricano de clasificar a la segunda ronda se derrumba con la derrota 0-3 sufrida ante Uruguay. El maestro Tabárez cambió el esquema de manera oportuna después del aburrido 0-0 ante Francia. Sudáfrica, al igual que Francia, empleó solo un delantero por lo que tres centrales no son necesarios para cubrirlo. El 4-3-1-2 que mostró Uruguay dio mucha libertad el mejor jugador del partido y goleador de la Copa, Diego Forlán. El hombre del Atlético de Madrid encontró los espacios en medio de los dos volantes centrales de Sudáfrica, quienes debían proteger su zona marcando a Pérez y Álvaro Pereira. Forlán fue el eje en ataque, armando el juego del mediocampo hacia adelante. Cavani y Suarez hicieron también un gran partido de mucho sacrificio, abriendo hacia las bandas para generar espacios por el centro.
Parreira no cambió el esquema y con el 4-2-3-1 las esperanzas en ataque dependían mucho de lo que pudieran hacer Pienaar y Tshabalala. El partido en el primer tiempo no parecían tan disparejo pero las ocasiones de gol por parte de los locales eran escazas. Solamente tres remates directos a portería tuvieron durante todo el partido. Mphela estuvo completamente aislado, Pienaar nuevamente no estuvo a la altura de las necesidades y Tshabalala no pudo realizar sus recorridos verticales con espacio. Al ir con el marcador en contra con el golazo de Forlán a los ’24, poco a poco las carencias empezaron a salir a la luz. El segundo tiempo no cambió mucho y Sudáfrica estaba impotente. Caía en desesperación. Faltando 10 minutos para el final, llegó el penal que acabó con la esperanza. Por si fuera poco, 5 minutos de reposición dieron como resultado otro gol de Uruguay, de Álvaro Pereira al 90+5, poniendo una cifra lapidaria.