De los dos, Sudáfrica era el que tenía más chances de quedar en segundo lugar, más tomando en cuenta que Uruguay estaba ganando su partido contra México. Parreira salió con un 4-4-2 con la mentalidad de ganar este partido, aun y cuando quedaran eliminados y realmente muy poca gente pensaba que los locales sacarían la victoria. En este nuevo sistema táctico que empleó Parreira, Pienaar se coloca por derecha y Tshabalala por la izquierda. Dos hombres el punta. Sudáfrica se pone al frente temprano, viene la expulsión de Gourcuff y las cosas se ponían totalmente del lado africano. Hubo esperanza cuando iban dos a cero, encimaron al equipo francés pero fallaron muchas oportunidades.
Domenech armó una especie de 4-3-3, con cierta confusión al frente con Cissé y Gignac. Al final descontaron en el marcador pero el rendimiento es, además de pobre, muy por debajo de las expectativas generadas desde Francia y el resto del mundo. Como escribieron en France Football: “Francia se va del mundial de la misma manera en que llegó, por la puerta de atrás”.
México tenía que sacar el resultado, o al menos el empate para asegurar la clasificación sin depender de otros resultados. Uruguay tenía la ventaja, no iban a renunciar a su estilo. Mucho cuidado defensivo, atacando con cuatro o cinco jugadores lo más. Tabárez repite la alineación contra Sudáfrica, con Cavani, Suarez y Forlan comandando la ofensiva. Un 4-3-1-2 con Forlán jugando detrás de los puntas. Pegado a él, Rafa Márquez. Aguirre repite esquema pero no jugadores. 4-3-3 con la novedad de Guardado. El partido no fue para nada abierto, con Uruguay siempre esperando a México y regalando cierta iniciativa. Finalizando el primer tiempo, Uruguay recupera una pelota en el medio, inicia un contragolpe que terminó en el gol de Suarez que definiría el partido. No hubo respuesta mexicana en el segundo tiempo y se conformaron con la derrota, sabiendo que Sudafrica ya no alcanzaría la diferencia de goles necesaria para eliminarlos.