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Fútbol Nacional

Hay que pasar bien la pelota

Roberto García

Pasan los años y no dejo de preguntarme: ¿Cómo diantres se las arregló José Manuel Chinimba Rojas para rescatar un balón en las barbas del arquero de su equipo, Barrio México, habilitar de inmediato a su compañero Alexis Alfaro, quien simplemente hizo la jugada de pared hacia delante, donde ya volaba Chinimba , y cómo en cuestión de segundos se situó ante Marco Antonio Rojas para anotar con un toque maestro a la esquina inalcanzable del guardameta del Saprissa?

Eso pasó en un partido entre morados y mexicanistas en el estadio Saprissa, allá por los años 70.

¿Qué extraño conjuro solía urdir Chinimba para hacer fácil lo difícil e invocar el genio magistral?

¿Cómo hacían Rolando Villalobos, Leonel Hernández, Édgar Marín o Chico Hernández (cito solo unos cuantos) para dormir con el empeine la pelota cuando descendía como una granada? ¿Qué varita mágica dotaba a esos “marcianos” de la técnica exquisita?

Lo menciono porque, en general, los futbolistas costarricenses son incapaces de ligar tres pases seguidos y pierden el balón, más por la falta de precisión, que por la superioridad del adversario.

A partir de un saque de puerta, cuente usted: Uno, dos, tres. ¡Y hasta ahí! Si logran hacer tres o cuatro pases y la jugada culmina, por lo menos con un buen remate, ello sucede casi por excepción.

Por eso los periodistas celebramos (quizás con exageración, lo admito) cuando una jugada bien concebida culmina en las redes.

Se repite en los resúmenes televisivos, se reproduce con fotos y diagramas en la prensa escrita y se revive, al menos durante una semana, en los programas de radio.

¿Táctica o acertijo? ¿Será que las flechas y rayas de los técnicos en el pizarrón son como acertijos para sus pupilos? ¿Será que la teoría de los profes ha hecho difícil lo que tendría que ser simple?

Podría ser una de estas causas, o todas las anteriores. Lo cierto es que esta realidad nos sugiere volver al abecé del futbol y ensayar una y otra vez los pases.

¡Sí, los pases! Aunque se insiste que el problema es la falta de definición, ¡primero hay que pasar bien la bola! Y, atención, volver a jugar con deleite, no solo por obligación, así como lo manifestó, con agudeza, don Jorge Lalo Rojas Espinoza, un distinguido exfutbolista alajuelense de antaño.

Al mencionar, precisamente, la pérdida del sentido lúdico del futbol, dijo don Lalo : “Noten que los futbolistas de ahora, después de un partido suelen declarar: Hay que seguir trabajando . En vez de: ¡Vamos a seguir jugando!”